viernes, 29 de mayo de 2020

Novena al Niño Jesús de Praga en una necesidad urgente

PODEROSA NOVENA

DE CONFIANZA INFANTIL




(Esta novena se puede rezar durante nueve días o nueve horas consecutivas.)


Oh Jesús, que habéis dicho “Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá,” por la intercesión de María Vuestra Santísima Madre, yo llamo, yo busco, yo pido que mi oración sea respondida __________(Petición.)


Oh Jesús, que habéis dicho “Todo lo que pidiereis al Padre en Mi Nombre os lo concederé” por intercesión de María, Vuestra Santísima Madre, humilde y urgentemente suplico a Vuestro Padre en Vuestro Nombre que mi oración sea respondida________ (Petición.)

Oh Jesús, que habéis dicho “Cielo y Tierra pasarán, pero mi palabra no pasará” por intercesión de María, Vuestra Santísima Madre, confió que mi oración será concedida_____________ (Petición.)

lunes, 25 de mayo de 2020

Súplica a María Auxiliadora contra la irreligión y los vicios



Oh Madre mía, Madre de piedad y de misericordia, que con vuestra intercesión habéis librado tantas veces a los cristianos de la peste, de la guerra y de otras calamidades; acudid en nuestro socorro y libradnos ahora de la irreligión y del vicio que, por medio de la prensa y de las asociaciones y de las escuelas impías, a tantos alejan de la Iglesia y de la virtud. Madre mía, no seáis insensible a los dolores de la Iglesia, hoy menospreciada en su doctrina y en sus Sacramentos. No permitáis sea derramada en balde la Sangre preciosísima de vuestro divino Hijo, animad a los buenos para que perseveren, fortaleced a los débiles que no la defienden, y haced que se conviertan los descarriados y los pecadores que la persiguen, a fin de que, siendo glorificada y acatada la religión, observada la ley divina y eclesiástica, triunfe la verdad aquí en la tierra y estableciéndose el reino de Jesucristo, sea mayor vuestra gloria y mayor el número de los elegidos que os alaben en el Cielo. Amén.


domingo, 24 de mayo de 2020

Cómo María Auxiliadora y el Padre Pío salvaron milagrosamente a un bebé de un virus mortal

Una familia católica recibe la llegada de su tercer hijo con esperanza, pero lamentablemente apenas nació el bebe contrajo un virus letal. Los medicos le practicaron  tres cirugías pero el bebé no mejoró y prepararon a sus padres para lo peor. Su madre desesperada comenzó a pedirle ayuda al Padre Pío, santo de quien era muy devota y en cuyo honor había creado un grupo de oración en su honor. También le rezó a la Virgen María, convencida de que como madre escucharía sus plegarias.

Por la gravedad de su estado, pusieron al bebé en observación en un régimen restringido de visitas. Sus padres podían verlo solo algunos minutos durante el día y a través de un vidrio, situación que agravaba más el dolor de madre y de su esposo.

Entonces sucedió que un día que el padre fue a ver a su pequeño niño, sus lágrimas se le escaparon al verlo tan sereno y tierno como si no padeciera ninguna enfermedad.

Con gran tristeza le envía un beso a través del vidrio y se dirige a la puerta de salida, mirando hacia el suelo, y encuentra una estampita de la Virgen María Auxiliadora, cosa que le pareció extraña porque mantenían el hospital siempre con una limpieza impecable.

Se regresó  y le pidió a una enfermera que por favor pusiera la estampita en la incubadora donde se encontraba su hijo. Ella amablemente acepta su pedido.

Al salir del hospital el papá sintió una insólita serenidad. Le comentó lo sucedido a su esposa y ella esa misma noche sueña con Padre Pío que sin hablarle sólo la miró y le sonrió.

Al día siguiente los padres fueron convocados por los médicos, que les anunciaron que inexplicablemente su hijo había mejorado tanto, que en poco días podría ya estar en casa con sus otros hermanos.

Al año siguiente para agradecer a Padre Pío el milagro, los padres y el niño fueron a visitar al santo a San Giovanni Rotondo.

Cuando llegan a la iglesia, como siempre repleta de fieles, unos voluntarios sin conocerlos los hacen pasar delante de toda la gente, para hacerlos llegar enseguida a la tumba del santo.

En ese momento llega un fraile capuchino anciano, bendice a la mamá y toma al niño en sus brazos diciendo: “Finalmente me trajiste al niño del milagro, pensé que nunca lo vería … y moriría sin poder darle un beso y una bendición especial. Me hicieron esperar tanto, ya estaba preocupado. De todos maneras hija, reza siempre y educa al niño de la mejor manera posible. Tiene una gran misión en el mundo”.

Antes de despedirse, el fraile regala a la madre una medalla, para que se la ponga al niño, pidiéndole que nunca se la quite, porque lo protegerá siempre a lo largo de su vida.


Llegando a casa el niño ve una estampita de Padre Pío, y comienza a llamarlo: “abuelito, abuelito”. Su madre cariñosamente le explica que el señor en la imagen era el Padre Pío y no su abuelo, a lo que el niño la corrigió: “No, es el abuelo, abuelo Pío”.

Fuente: “Il mio Papa”, Año 6, número 39, pag. 64-67 

Milagro Publicado en Aleteia

sábado, 23 de mayo de 2020

Triduo en honor al corazón de san Agustín

Miles Christi resístens 


Triduo compuesto por el Padre lector fray José Venegas, Superior en el convento de San Agustín de Puebla, a devoción del padre Fray José Silva, Maestro de Novicios en el mismo convento, publicado en Puebla en 1763, con licencia eclesiástica.
  
DÉCIMA DE UN SACERDOTE DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS, DEVOTO DE SAN AGUSTÍN
(Salmo LXIII, 7)
  
Al Corazón abrazado
Del fiel amante Agustino,
El mismo Amor, por más fino,
En lo Santo lo ha elevado:
Feliz el que a este Sagrado
Se acoge con afición,
Que en él hará la ascensión
Dar en lo Santo gran vuelo;
Y aun al Alto Dios del Cielo,
Que dé el hombre exaltación.
  
PRÓLOGO DEL AUTOR:
LECTOR PIADOSO, para que con el mayor afecto te empeñes en venerar el Milagroso Corazón del Gran Padre San Agustín, solo quiero sepas, que no permitió Dios le sepultase la tierra en su seno; pues luego que expiró este Máximo Maestro del Orbe, lo extrajo del Santo Cadáver el Ángel de su Guarda, y depositándolo en un vaso cristalino, lo tuvo oculto como quinientos veintiún años, pues el de novecientos cincuenta y uno, día 25 de Mayo, en que celebró la Iglesia universal el Misterio de la Santísima Trinidad, se apareció al alba el mismo Ángel Custodio de San Agustín Nuestro Padre al gran devoto del Santo Doctor, San Sigisberto, y habiéndole dado cuenta cómo era el Ángel del Señor diputado para la guarda de Agustín y de su incorrupto Corazón, le dio esta preciosísima Reliquia, diciéndole en su entrega: «Recibe el Tesoro eximio de la Trinidad Beatísima, la Joya más preciosa de la Iglesia Santa, y la Fortaleza de los afligidos». Recibió aquel felicísimo Obispo el Blanco de las Divinas Saetas, y exponiéndolo a la devoción del pueblo en la Iglesia Catedral, cantó el Clero en hacimiento de Gracias el Te Deum Laudámus, y luego que llegó a la trina repetición: Santo, Santo, Santo, del mismo Cántico, se movió el Corazón dentro del vaso, dando saltos. Grandes apoyos y confirmaciones tuvo este milagro, para que no quedase duda; porque poniéndolo en el Altar, siempre que se celebraba el Santo Sacrificio de la Misa, se movía de la misma suerte, al decir en ella «Sanctus, Sanctus, Sanctus» (P. M. Fray Sebastián de Portillo y Aguilar, en Crónica Espiritual Agustiniana, tomo II). También se cuenta, y se tiene por cosa cierta, que cuando se pone públicamente en la Iglesia el Relicario en que está este prodigioso Corazón, no osan a entrar en ella los Herejes, y los que se han atrevido a entrar, o han quedado muertos en el umbral de la puerta, o han caído aturdidos, sin poderse mover. Mira pues, Lector Cristiano, si hay razón para hacer memoria de los prodigios de este Corazón. VALE.

DEVOTO TRIDUO EN HONOR DEL MILAGROSO CORAZÓN DEL GRAN PADRE Y DOCTOR QUERÚBICO SAN AGUSTÍN, DISPUESTO COMO EFICACÍSIMO MEDIO PARA CONSEGUIR LÁGRIMAS DE CONTRICIÓN
 
  
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
   
ACTO DE CONTRICIÓN
Benignísimo Dios, Padre de mi Señor Jesucristo, yo vilísima criatura tuya, y el miembro más pequeño de tu Iglesia, comparezco lleno de confusión ante tu divina Presencia, llorando los muchos pecados con que te he agraviado ciego. Confieso delante de tus ofendidos Ojos, que libremente me desprendí de tus amorosos Brazos, en que gozaba de contento, y huí, ave nocturna, a la región triste de la culpa, en donde perdida la vida del espíritu, solo he hallado abrojos de inquietudes y azares de disgustos. ¡Oh lumbre de mis ojos y único refugio de los miserables! A tu casa vuelvo arrepentido de mis excesos. Pésanme dentro del alma todas mis ingratitudes. Ea, Divino Padre de familia, vísteme ya la estola de amistad, infúndeme la vida de la gracia, dame las alas de tus auxilios; y pues al Corazón difunto de San Agustín le comunicaste alas, para que aun sin vida se mueva, voceado en su presencia tu Nombre, en premio de los levantados vuelos de su caridad singularísima, los méritos de este Doctor Obispo me valgan, para que en mí crees un espíritu humilde y contribulado, un corazón limpio y contrito, y una fuente continua de lágrimas, con que granjeando la vestidura nupcial, me haga digno del Banquete de tu gloria. Amén. Tres Credos.
   
ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Oh Bienaventurada Trinidad, a Ti ruego, pido y suplico que aumentes en mí la Fe, que alientes en mí la Esperanza, y que derrames en mi corazón el bálsamo de la Caridad. Gloria al Padre, que nos creó, Gloria al Hijo, que nos redimió, Gloria al Espíritu Santo, que nos santificó. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los Ejércitos, a Ti se debe la alabanza, honra, virtud y fortaleza, que eres mi Dios en los siglos de los siglos. Amén. Tres veces el Padre Nuestro y Ave María.

DÍA PRIMERO – 23 DE MAYO
ORACIÓN A NUESTRO PADRE SAN AGUSTÍN, EN HONOR DE LOS MILAGROSOS MOVIMIENTOS DE SU CORAZÓN.
Oh Grande Padre Agustino, Abrahán de la Ley de Gracia, Norma de Prelados, Sol de la Iglesia, Martillo de los herejes, claro Espejo de la vida de tus hijos los Religiosos Ermitaños, verdadero Fénix, que renaciendo de las cenizas de la culpa a las inmortalidades de la Gracia, amaneciste al mundo singularísimo amante de la Trinidad Beatísima. Águila Grande, que renovando tu espíritu en las avenidas de tus lágrimas, diste a tu Corazón tantas alas, que aun entre los despojos de la muerte, vuela con obsequiosos movimientos, articulando en su presencia el Santo Nombre de Dios Trino, en testimonio de que el Inefable Misterio de la Trinidad Augustísima fue el dulce imán de tus afectos y centro de todos tus alientos. Oh Gran Maestro de la Caridad, yo te pido por los milagrosos saltos de tu Corazón fino, me alcances del Señor lágrimas de contrición, remedio de las necesidades que me cercan, y amor intensísimo a Nuesto Dios Trino y Uno. Amén.
  
Antífona: Recordando su misericordia, hizo el Señor en la conversión de San Agustín ingente alegría en su pueblo, terror a sus soberbios enemigos, y protección a sus fieles.

℣. Hirió su corazón la Caridad de Cristo.
℟. Y sus entrañas llevaron sus palabras como saetas agudas.
 
ORACIÓN
Oh Dios, que revelando los recónditos secretos de tu sabiduría al Bienaventurado Padre San Agustín, y excitando en su Corazón las llamas de la divina Caridad, renovaste en tu Iglesia el milagro de la columna de nube y fuego, concédenos, que conducidos por él transitemos felizmente por las olas del mundo, y merezcamos llegar a la patria de la eterna promisión. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
    
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
   
DÍA SEGUNDO – 24 DE MAYO
Por la señal,…
   
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que extendisteis vuestras Manos en la Cruz, y bebísteis el Cáliz amargo de vuestra Pasión por todo el linaje humano: yo contra mí confieso mis maldades de vuestra Magnificencia y Bondad; porque habiendo sido concebido y nacido en pecado, y habiéndome Vos lavado y santificado, he tornado a afear mi alma con enormes culpas, de que me pesa por ser ofensas contra tu Bondad, digna de un amor sumo. Oh Dulcísimo Esposo, Dios y Señor mío, yo os suplico, por aquellas Llagas, y por aquella Sangre que manó de ellas para nuestra Redención, que llaguéis esta mi alma pecadora. Vos sois aquella Saeta escogida y aguda espada que podéis romper el escudo del corazón humano: traspasad ya pues el mío, y dirá mi alma: «Herida estoy de vuestra Caridad». Jesús, Dulcedumbre que llagasteis el Corazón de San Agustín, y marcado conservasteis incorrupto para escudo de tu Iglesia, heridme con la vara de vuestro amor, que así manarán de mis ojos copiosas aguas de lágrimas, con que pueda lavar todas mis manchas, y hacerme digno de vuestras promesas. Amén. Tres Credos.
   
La Oración a la Santísima Trinidad, que comienza: «Oh Bienaventurada Trinidad…», y después dirás tres veces el Padre Nuestro y el Ave María.
   
ORACIÓN A NUESTRO PADRE SAN AGUSTÍN, EN HONOR A LAS HERIDAS QUE DIO A SU CORAZÓN EL DIVINO AMOR.
Maestro Máximo del orbe, Salomón de la Ley nueva, Rayo de los ingenios, Luz de los Doctores, Río de elocuencia, Pozo de Sabiduría, Monstruo de la Discreción, Amado Padre mío San Agustín, que sintiéndote herido como la Esposa Santa, comenzaste a quejarte fino, formando tiernísimos suspiros, en que exhalas tus sagrados cariños. Herida y Angular Piedra de los yermos, que tocada del Caudillo de la Iglesia Jesucristo, lanzaste copiosísimas aguas de las lágrimas de tus Confesiones: yo venero las heridas de tu Corazón, bocas de rubí, de donde salieron las Margaritas que llovieron de los dos cielos tus ojos, y como fragante rosa contemplo este tu Corazón purpúreo, pues separado del Cuerpo, en que nació, aún difunde tanta fragancia, que basta a entorpecer, y aun a matar a los herejes, escarabajos los más inmundos; suplícoos pues, Padre mío, por tantos prodigios con que ha honrado el Cielo vuestro Corazón difunto, el que mi corazón enferme del achaque suavísimo de amor al Dulcísimo Jesús. Amén.
  
La Antífona y la Oración la rezarás todos los días.
  
DÍA TERCERO – 25 DE MAYO
Por la señal,…
    
ACTO DE CONTRICIÓN
Oh Amor Divino, Dios mío, Padre de los huérfanos, alivio de los cansados, Espíritu Todopoderoso y Consolador clementísimo de todos los afligidos, alumbrad este mi tenebroso y ofuscado corazón, y abrasadlo con vuestras saludables llamas, para que encendido lo más íntimo de mi alma con vuestro fuego, sienta y llore dignamente las ofensas que contra tu Bondad he cometido. Ea, venid ya, Santificador de los pecadores, venid, Médico de los enfermos, Fortaleza de los flacos, Esfuerzo de los caídos, Maestro de los humildes y Espanto de los soberbios. Venid e inflamad mi voluntad por aquel fuego en que encendiste el Corazón de San Agustín. Apiadaos de mí. Ayudador oportuno en la tribulación, y sustentad mi flaqueza con vuestro Brazo poderoso, para que no vuelva a caer en culpa mortal, sino que observe cumplidamente los divinos mandatos, para merecer la entrada a la vida eterna. Amén. Tres Credos.
 
La Oración a la Santísima Trinidad, que comienza: «Oh Bienaventurada Trinidad…», y después dirás tres veces el Padre Nuestro y el Ave María.
 
ORACIÓN A NUESTRO PADRE SAN AGUSTÍN, EN HONOR DE LAS LLAMAS DE SU CORAZÓN.
Clarísima Lumbrera del Universo, Esplendor del mundo, Josué de la Milicia Cristiana, Defensor de la verdad Católica, Pluma y viva lengua del Espíritu Santo, San Agustín, amado Padre mío, que preguntado del centro único de tus cariños cuánto le amabas, exhalaste al momento del volcán de tu pecho las llamas de estas finísimas expresiones: «Si mis huesos fueran lámparas, y aceite mi sangre, todo yo ardiera siempre en tu amor». Etna verdadero de la Caridad más rara; ya no me abisma la incorrupción milagrosa de tu ardiente Corazón; pues para que el tiempo pudiera consumirle, era preciso acabara primero con el inextinguible calor que en él dejó tanto fuego. Oh finísimo Amante, fragua en que se encendió vuestro Corazón: que si antes era helado hierro, por la dureza que en ti hallaban los golpes de los auxilios y ruegos de tu Santa Madre Mónica, fue después encendido acero por la constancia con que en él conservaste el Divino Fuego. Divina salamandra, alimentada de los incendios de tu Caridad ferviente, alcánzame el consuelo en todas mis aflicciones, el remedio de todas mis necesidades, lágrimas de contrición, y el fuego de amor a nuestro amabilísimo Dios Trino y Uno. Amén.
  
La Antífona y la Oración la rezarás todos los días.

viernes, 22 de mayo de 2020

Novena de Pentecostes pidiendo los dones del Espíritu Santo

Esta Novena empieza el viernes siguiente al Día de la Ascensión del Señor.
La Novena en honor al Espíritu Santo, conocida también como la Novena de Pentecostés, es la más antigua de todas las novenas, comenzó bajo la dirección de Nuestro Señor Jesucristo, cuando envió a sus apóstoles a Jerusalén para esperar la venida del Espíritu Santo en el primer Pentecostés.
Pidamos a Dios que también a nosotros nos regale los dones del Espíritu Santo, para alcanzar la Santidad y así poder conocerle verdaderamente, honrarle, amarle y servirle y  para que nos ayude a demostrarle nuestro amor, aborreciendo el pecado huyendo de toda ocasión de pecar y cumpliendo  fielmente sus Mandamientos y esforzándonos en cumplir la voluntad su Santa Voluntad.



Pidamos por una poderosa efusión del Espíritu Santo.
Cristo murió en la Cruz para que nosotros seamos transformados por el Espíritu en hijos de Dios, participando de su santidad. Pero debemos desearlo, pedirlo y disponernos a recibirlo. 

Rezar cada día de la novena:
Acto de consagración al Espíritu Santo diario:

De rodillas, ante la gran multitud de testigos celestiales me ofrezco, en alma y cuerpo a Ti, Eterno Espíritu de Dios. Adoro el brillo de tu pureza, la absoluta perfección de tu Justicia y el poder de tu amor.
Tu eres la fuerza y la Luz de mi alma. En Ti yo vivo, me muevo y existo. Nunca Deseo afligirte por la infidelidad a la gracia y pido de todo corazón me protejas del más mínimo pecado contra ti.
Protege misericordiosamente cada uno de mis  pensamiento y concédeme que siempre pueda estar atento a tu luz y escuchar tu voz y seguir tus inspiraciones llenas de gracias. Me aferro a ti y me entrego a ti y te pido por tu compasión que me cuides en mi debilidad. Sosteniendo los Pies traspasados de Jesús y mirando Sus Cinco Heridas y confiando en Su Preciosa Sangre y adorando su costado abierto y su Corazón herido Te suplico, Adorable Espíritu, auxiliador en mi enfermedad, que me mantengas en tu gracia para que nunca pueda pecar contra Ti.
Dame la gracia Oh Espíritu Santo, Espíritu del Padre y del Hijo para decirte siempre y en todas partes “Habla, Señor, que tu siervo escucha” Amen.


Oración por los 7 dones del Espíritu Santo
Oh, Señor Jesucristo, que antes de ascender al cielo prometiste enviar al Espíritu Santo para completar tu obra en las almas de tus Apóstoles y discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu Santo para que Él perfeccione en mi alma la obra de tu gracia y de tu amor. Concédeme el Espíritu de Sabiduría para que pueda despreciar las cosas perecederas de este mundo y aspirar sólo a las cosas que son eternas, el Espíritu de Entendimiento para iluminar mi mente con la luz de tu divina verdad, el Espíritu de Consejo para que pueda siempre elegir el camino más seguro para agradar a Dios y ganar el Cielo, el Espíritu de Fortaleza para que pueda llevar mi cruz contigo y sobrellevar con coraje todos los obstáculos que se opongan a mi salvación, el Espíritu de Conocimiento para que pueda conocer a Dios y conocerme a mí mismo y crecer en la perfección de la ciencia de los santos, el Espíritu de Piedad para que pueda encontrar el servicio a Dios dulce y amable, y el Espíritu de Temor de Dios para que pueda ser lleno de reverencia amorosa hacia Dios y que tema en cualquier modo disgustarlo. Márcame, amado Señor, con la señal de tus verdaderos discípulos y anímame en todas las cosas con tu Espíritu. Amén.






PRIMER DÍA (viernes)
¡Espíritu Santo! ¡Señor de Luz! ¡Danos, desde tu clara altura celestial, tu puro radiante esplendor!


El Espíritu Santo
Sólo una cosa es importante: la salvación eterna. Por lo tanto, sólo una cosa hay que temer: el pecado. El pecado es el resultado de la ignorancia, debilidad e indiferencia. El Espíritu Santo es el Espíritu de Luz, de Fuerza y de Amor. Con sus siete dones ilumina la mente, fortalece la voluntad, e inflama el corazón con el amor de Dios. Para asegurarnos la salvación debemos invocar al Divino Espíritu diariamente, porque “el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos cómo pedir para orar como conviene; mas el Espíritu mismo intercede por nosotros” (Rom 8,26).

Oración

Omnipotente y eterno Dios, que has condescendido para regenerarnos con el agua y el Espíritu Santo, y nos has dado el perdón de todos los pecados, permite enviar del cielo sobre nosotros los siete dones de tu Espíritu, el Espíritu de Sabiduría y de Entendimiento, el Espíritu de Consejo y de Fortaleza, el Espíritu de Conocimiento y de Piedad, y llénanos con el Espíritu del Santo Temor. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez.
Rezar 7 veces el Gloria




SEGUNDO DÍA (Sábado)
¡Ven, Padre de los pobres. Ven, tesoros que sostienes. Ven, Luz de todo lo que vive!
El don del Temor
El don del Santo Temor de Dios nos llena con un soberano respeto por Dios, y nos hace que a nada temamos más que a ofenderlo por el pecado. Es un temor que se eleva, no desde el pensamiento del infierno, sino del sentimiento de reverencia y filial sumisión a nuestro Padre Celestial. Es el temor principio de sabiduría, que nos aparta de los placeres mundanos que podrían de algún modo separarnos de Dios. “Los que temen al Señor prepararán sus corazones, y a Su vista santificarán sus almas”

Oración

¡
Ven, oh bendito Espíritu del Santo Temor, penetra en lo más íntimo de mi corazón, para que pueda ponerte frente a mi rostro para siempre, mi Señor y Dios, ayúdame a evitar todas las cosas que pueden ofenderte, y hazme digno de aparecer ante los ojos puros de Tu Divina Majestad en el Cielo, donde vives y reinas en la unidad de la Santísima Trinidad, en el mundo de Dios que no tiene fin. Amén

Padrenuestro y Avemaría, una vez.
Rezar 7 veces el Gloria





TERCER DÍA (Domingo)
Tú, de todos los consoladores el mejor, visitando el corazón turbado, da la gracia de la placentera paz.
El don de Piedad
El don de Piedad suscita en nuestros corazones una filial afección por Dios como nuestro amorosísimo Padre. Nos inspira, por amor a Él, a amar y respetar a las personas y cosas a Él consagradas, así como aquellos que están envestidos con su autoridad, su Santísima Madre y los Santos, la Iglesia, nuestros padres y superiores, nuestro país y sus gobernantes. Quien está lleno del don de Piedad no encuentra la práctica de la religión como deber pesado sino como deleitante servicio. Donde hay amor no hay trabajo.

Oración

Ven, Oh Bendito Espíritu de Piedad, toma posesión de mi corazón. Enciende dentro mío tal amor por Dios que encuentre satisfacción sólo en su servicio, y por amor a Él me someta amorosamente (en el bien) a toda legítima autoridad (siempre que no ordenen algo que sea contrario a las Leyes de Dios). Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez.
Rezar 7 veces el Gloria





CUARTO DÍA (Lunes)
Tú, en la fatiga dulce alivio, refresco placentero en el calor, solaz en medio de la miseria.
El don de Fortaleza
Por el don de Fortaleza el alma se fortalece ante el miedo natural y soporta hasta el final el desempeño de una obligación. La fortaleza le imparte a la voluntad un impulso y energía que la mueve a llevar a cabo, sin dudarlo, las tareas más arduas, a enfrentar los peligros, a estar por encima del respeto humano, y a soportar sin quejarse el lento martirio de la tribulación aún de toda una vida. “El que persevere hasta el fin, ese se salvará”(Mt 24,13).

Oración

Ven, Oh Espíritu de Fortaleza, alza mi alma en tiempo de turbación y adversidad, sostiene mis esfuerzos de santidad, fortalece mi debilidad, dame valor contra todos los asaltos de mis enemigos, que nunca sea yo confundido y me separe de Ti, Oh mi Dios y mi máximo Bien. Amén

Padrenuestro y Avemaría, una vez.
Rezar 7 veces el Gloria




QUINTO DÍA (Martes)
¡Luz inmortal! ¡Divina Luz! ¡Visita estos corazones tuyos y llena nuestro más íntimo ser!
El don del Conocimiento
El don del Conocimiento permite al alma darle a las cosas creadas su verdadero valor en su relación con Dios. El conocimiento desenmascara la simulación de las creaturas, revela su vacuidad y hace notar sus verdaderos propósitos como instrumentos al servicio de Dios. Nos muestra el cuidado amoroso de Dios aún en la adversidad, y nos lleva a glorificarlo en cada circunstancia de la vida. Guiados por su luz damos prioridad a las cosas que deben tenerla y apreciamos la amistad de Dios por encima de todo. “El conocimiento es fuente de vida para aquel que lo posee” (Prov 16,22).

Oración

Ven, Oh Bendito Espíritu de Conocimiento, y concédeme que pueda percibir la voluntad del Padre; muéstrame la nulidad de las cosas de la tierra, que tenga idea de su vanidad y las use sólo para tu gloria y mi propia salvación, siempre por encima de ellas mirándote a Ti y tus premios eternos. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez.
Rezar 7 veces el Gloria




SEXTO DÍA (Miercoles)
Si tu apartas tu gracia, nada puro permanecerá en el hombre, todo lo que es bueno se volverá enfermo.
El don del Entendimiento
El Entendimiento, como don del Santo Espíritu, nos ayuda a aferrar el significado de las verdades de nuestra santa religión. Por la fe las conocemos, pero por el entendimiento aprendemos a apreciarlas y a apetecerlas. Nos permite penetrar el profundo significado de las verdades reveladas y, a través de ellas, avivar la novedad de la vida. Nuestra fe deja de ser estéril e inactiva e inspira un modo de vida que da elocuente testimonio de la fe que hay en nosotros. Comenzamos a “caminar dignos de Dios en todas las cosas complaciendo y creciendo en el conocimiento de Dios”.

Oración

Ven, Oh Espíritu de Entendimiento, e ilumina nuestras mentes, que podamos conocer y creer en todos los misterios de la salvación, y que por fin podamos merecer ver la eterna luz en la Luz, y en la luz de la gloria tener una clara visión de Ti y del Padre y del Hijo. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez.
Rezar 7 veces el Gloria




SÉPTIMO DÍA (Jueves)
Sana nuestras heridas, renueva nuestra fuerza. En nuestra aridez derrama tu rocío. Lava las manchas de la culpa.
El don de Consejo
El don de Consejo dota al alma de prudencia sobrenatural, permitiéndole juzgar con prontitud y correctamente qué debe hacer, especialmente en circunstancias difíciles. El Consejo aplica los principios dados por el Conocimiento y el Entendimiento a los innumerables casos concretos que confrontamos en el curso de nuestras diarias obligaciones en tanto padres, docentes, servidores públicos y ciudadanos cristianos. El Consejo es sentido común sobrenatural, un tesoro invalorable en el tema de la salvación. “Y por encima de todo esto, suplica al Altísimo para que enderece tu camino en la verdad” (Ecl 37,15).

Oración

Ven, Oh Espíritu de Consejo, ayúdame y guíame en todos mis caminos para que siempre haga tu Santa Voluntad. Inclina mi corazón a aquello que es bueno, apártame de todo lo que es malo y dirígeme por el sendero recto de tus Mandamientos a la meta de la vida eterna que yo anhelo. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez.
Rezar 7 veces el Gloria




OCTAVO DÍA (Viernes)
Dobla la voluntad y el corazón obstinado, funde lo que está helado, calienta lo que está frío. Guía los pasos que se han desviado!
El don de Sabiduría
Abarcando a todos los otros dones, como la caridad abraza a todas las otras virtudes, la Sabiduría es el más perfecto de los dones. De la Sabiduría está escrito: “todo lo bueno vino a mí con Ella, y riquezas innumerables me llegaron a través de sus manos”. Es el don de la Sabiduría el que fortalece nuestra fe, fortifica la esperanza, perfecciona la caridad y promueve la práctica de la virtud en el más alto grado. La Sabiduría ilumina la mente para discernir y apreciar las cosas de Dios, ante las cuales los gozos de la tierra pierden su sabor, mientras la Cruz de Cristo produce una divina dulzura, de acuerdo a las palabras del Salvador: “Toma tu cruz y sígueme, porque mi yugo es dulce y mi carga ligera”.

Oración

Ven, Oh Espíritu de Sabiduría y revela a mi alma los misterios de las cosas celestiales, su enorme grandeza, poder y belleza. Enséñame a amarlas sobre todo y por encima de todos los gozos pasajeros y las satisfacciones de la tierra. Ayúdame a conseguirlas y a poseerlas para siempre. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez.
Rezar 7 veces el Gloria






NOVENO DÍA (Sábado)
Tú, en aquellos que siempre más te confiesan y te adoran, en tus siete dones, desciende. Dales alivio en la muerte. Dales vida Contigo en las alturas. Dale los gozos que no tienen fin. Amén.


Los frutos del Espíritu Santo
Los dones del Espíritu Santo perfeccionan las virtudes sobrenaturales al permitirnos practicarlas con mayor docilidad a la divina inspiración. A medida que crecemos en el conocimiento y en el amor de Dios, bajo la dirección del Santo Espíritu, nuestro servicio se torna más sincero y generoso y la práctica de las virtudes más perfecta. Tales actos de virtudes dejan el corazón lleno de alegría y consolación y son conocidos como frutos del Espíritu Santo. Estos frutos, a su vez, hacen la práctica de las virtudes más activa y se vuelven un poderoso incentivo para esfuerzos aún mayores en el servicio de Dios.

Oración

Ven, Oh Divino Espíritu, llena mi corazón con tus frutos celestiales: caridad, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Que nunca esté yo cansado en el servicio de Dios sino que, por continua y fiel sumisión a tu inspiración, merezca estar eternamente unido Contigo, en el amor del Padre y del Hijo. Amén.

  



Padrenuestro y Avemaría, una vez. Rezar 7 veces el Gloria 


miércoles, 20 de mayo de 2020

El nombre de Jesús, luz de los predicadores

Glorioso Nomine Iesu Christi
Filipenses 2:9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre.


EL SANTISIMO NOMBRE DE JESUS
El Santísimo Nombre de Jesús, invocado por los fieles desde los comienzos de la Iglesia, comenzó a ser venerado en las celebraciones litúrgicas en el siglo XIV. San Bernardino de Siena y sus discípulos propagaron el culto al Nombre de Jesús: "Yahweh es salvación" con el monograma del Santo Nombre: IHS (abreviación del nombre de Jesús en Griego, ιησουσ, y añadiendo el nombre de Jesús al Ave María. Como fiesta litúrgica fue introducida en el siglo XVI. En 1530 el Papa Clemente VII concedió por vez primera a la Orden Franciscana la celebración del Oficio del Santísimo Nombre de Jesús.






Oficio de lectura, 20 de mayo, 
San Bernardino de Siena Presbítero
El nombre de Jesús, luz de los predicadores
De los sermones de san Bernardino de Siena
Sermón 49
El nombre de Jesús es la luz de los predicadores, pues es su resplandor el que hace anunciar y oír su palabra. ¿Por qué crees que se extendió tan rápidamente y con tanta fuerza la fe por el mundo entero, sino por la predicación del nombre de Jesús? ¿No ha sido por esta luz y por el gusto de este nombre como nos llamó Dios a su luz maravillosa? Iluminados todos y viendo ya la luz en esta luz, puede decirnos el Apóstol: En otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor; caminad como hijos de la luz.
Es preciso predicar este nombre para que resplandezca y no quede oculto. Pero no debe ser predicado con el corazón impuro o la boca manchada, sino que hay que guardarlo y exponerlo en un vaso elegido. Pablo hablaba del nombre de Jesús en sus cartas, en sus milagros y ejemplos. Alababa y bendecía el nombre de Jesús. Por eso la Iglesia, esposa de Cristo, basándose en su testimonio, salta de júbilo con el Profeta, diciendo: Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas, es decir, siempre. El Profeta le honra igualmente en este sentido: Cantad al Señor, bendecid su nombre, proclamad día tras día su salvación, es decir, Jesús, el Salvador que él ha enviado.
Por esto dice el Señor, refiriéndose al Apóstol: Ese hombre es un vaso elegido por mi para dar a conocer mi nombre a pueblos, reyes, y a los israelitas. Un vaso –dice– elegido por mi, como aquellos vasos elegidos en que se expone a la venta una bebida de agradable sabor, que el brillo y esplendor del recipiente invite a beber de ella; para dar a conocer –dice– mi nombre.
Pues igual que con el fuego se limpian los campos, se consumen los hierbajos, las zarzas y las espinas inútiles, e igual también que cuando sale el sol y, disipadas las tinieblas, huyen los ladrones, los atracadores y los que andan errantes por la noche, así también cuando hablaba Pablo a la gente era como el fragor de un trueno, o como un incendio crepitante, o como el sol que de pronto brilla con más claridad, y consumía la incredulidad, lucía la verdad y desaparecía el error como la cera que se derrite en el fuego.
El Apóstol llevaba este nombre, como una luz, a pueblos, reyes y a los israelitas, y con él iluminaba las naciones, proclamando por doquier aquellas palabras: La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz. Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Mostraba a todos la lámpara que arde y que ilumina sobre el candelero, anunciando en todo lugar a Jesús, y éste crucificado.
“El nombre de Jesús es fundamento de la
fe, mediante la cual somos constituidos hijos de

Dios”. San Bernardino de Siena

Éste es aquel santísimo nombre anhelado por los
patriarcas, esperado con ansiedad , demandado con
gemidos, invocado con suspiros, requerido con
lagrimas, donado al llegar la plenitud de la gracia.

No pienses en un nombre de poder, menos en uno
de venganza, sino de salvación. Su nombre es
misericordia, es perdón. Que el nombre de Jesús
resuene en mis oídos, porque su voz es dulce y su
rostro bello.

No dudes, el nombre de Jesús es fundamento de la
fe, mediante la cual somos constituidos hijos de
Dios. La fe de la religión católica consiste en el
conocimiento de Cristo Jesús y de su persona, que
el luz del alma, franquicia de la vida, piedra de
salvación eterna. Quien no llegó a conocerle o le
abandonó camina por la vida en tinieblas, y va a
ciegas con inminente riesgo de caer en el precipicio,
y cuanto más se apoye en la humana inteligencia,
tanto más se servirá de un lazarillo también ciego,
al pretender escalar los recónditos secretos
celestiales con sólo la sabiduría del propio
entendimiento, y no será difícil que le acontezca,
por descuidar los materiales sólidos, construir la
casa en vano, y, por olvidar la puerta de entrada,
pretenda luego entra a ella por el tejado.
 
No hay otro fundamento fuera de Jesús, luz y
puerta, guía de los descarriados, lumbrera de la fe
para todos los hombres, único medio para encontrar
de nuevo al Dios indulgente, y, una vez encontrado,
fiarse de él; y poseído, disfrutarle. Esta base
sostiene la Iglesia, fundamentada en el nombre de
Jesús.
 
El nombre de Jesús es el brillo de los predicadores,
porque de Él les viene la claridad luminosa, la
validez de su mensaje y la aceptación de su palabra
por los demás. ¿De dónde piensas que procede tanto
esplendor y que tan rápidamente se haya propagado
la fe por todo el mundo, sino por haber predicado a
Jesús? ¿Acaso no por la luz y dulzura de este
nombre, por el que Dios nos llamó y condujo a su
gloria? Con razón el Apóstol, a los elegidos y
predestinados por este nombre luminoso, les dice:
en otro tiempo fuisteis tinieblas, mas ahora sois luz
en el Señor. Caminad como hijo de la luz.
 
¡Oh nombre glorioso, nombre regalado, nombre
amoroso y santo! Por ti las culpas se borran, los
enemigos huyen vencidos, los enfermos sanan, los
atribulados y tentados se robustecen, y se sienten
gozosos todos. Tú eres la honra de los creyentes, tú
el maestro de los predicadores, tú la fuerza de los
que trabajan, tú el valor de los débiles. Con el fuego
de tu ardor y de tu celo se enardecen los ánimos,
crecen los deseos, se obtienen los favores, las almas
contemplativas se extasían; por ti, en definitiva,
todos los bienaventurados del cielo son
glorificados.
 
Haz, dulcísimo Jesús, que también nosotros
reinemos con ello por la fuerza de tu santísimo
nombre.
 
San Bernardino de Siena


domingo, 17 de mayo de 2020

Eficaz Novena a María Auxiliadora recomendada por Don Bosco



“En todos los peligros invoquen a María auxiliadora, y les aseguro que serán librados” Don Bosco 

Cuando se le pidió alguna gracia a Don Bosco solía responder: "Si usted quiere conseguir gracias por la Virgen tiene que hacer una novena" (MB IX, 289). Esta novena según las recomendaciones de Don Bosco, debe ser hecha preferiblemente "en la iglesia, con fe viva" y como un acto de ferviente homenaje a la SS. Eucaristía. Las disposiciones para que la novena sea eficaz, según Don Bosco, son las siguientes:
•No apoyarse en el poder de los hombres: Confiar solo en Dios.
•La petición se base totalmente en Jesús Sacramentado, fuente de gracia, de bondad y bendición. Apóyate en el poder de María, que en este tiempo Dios quiere glorificarla en la tierra.
•En todo caso, someter la petición a la Voluntad de Dios “fiat voluntas tua” y si es para provecho del alma de quien pide.

Rezar, durante nueve días seguidos:
3 Padrenuestros, Avemarías y Gloria al Santísimo Sacramento con la jaculatoria:
Sea alabado y reverenciado en todo momento, el Santísimo y Divinísimo Sacramento;
3 Salves con la jaculatoria:
María Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros.


Condiciones requeridas
1.Recibir los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía.
2.Dar una limosna o el propio trabajo personal para sostener las obras de apostolado, preferentemente en favor de la juventud.
3.Reavivar la fe en Jesús Eucaristía y la devoción a María Auxiliadora.



“Nuestra Madre, concede grandes favores a los que hacen bien su novena”, solía decir Don Bosco.
“Hágase notar, dígase y predíquese siempre que María Auxiliadora ha obtenido y obtendrá siempre gracias particulares, y aún extraordinaria y milagrosas a los que ayudan cristianamente a la juventud en peligro, con obras, con consejos, con el buen ejemplo o simplemente con su oración”. Don Bosco

jueves, 14 de mayo de 2020

Seis Domingos de San Luis Gonzaga

En memoria de los seis años que el Santo vivió en la religión de la compañía de Jesús. Y son tantos los prodigios, que así en lo espiritual, como en lo temporal logra ésta devoción que para fomentarla N.SS.P. Clemente XII en diciembre de 1739, concedió indulgencia plenaria en cada uno de los seis domingos.

Primer Domingo
San Luis llora sus pecados.

Aunque puede decirse que San Luis Jamás cometió pecado alguno, no obstante, lloró amargamente lo que él miraba como faltas muy graves; y era el haber tomado, cuando apenas tenía cuatro o cinco años, un poco de pólvora a los soldados de su padre, con el fin de disparar un cañoncito; además se acusaba de haber proferido algunas palabras inconvenientes que había oído a los mismos soldados, y cuyo sentido no comprendía. Lloró éstas faltas toda su vida, cayendo desmayado a los pies del confesor la primera vez que se confesó; derramando abundantes lágrimas siempre que las recordaba. Las rigurosas penitencias, duras mortificaciones y austeros y prolongados ayunos que se imponía, eran hijos no sólo del amor de Dios, sino también del deseo de macerar su inocente cuerpo, por las faltas que había cometido en sus primeros años.

¡Que confusión para nosotros, pues habiendo cometido tantos y tan grandes pecados, no damos casi señales de arrepentimiento! Si consideramos que un solo pecado mortal ultraja a un Dios de infinita bondad, nos hace indignos del Paraíso y merecedores del infierno con sus tormentos eternos, ¿quien podría contener las lágrimas? Éste pensamiento  hacia llorar a San Luis.

Jaculatoria: ¡Amable, protector mío, que teniendo tan poco porque llorar, derramasteis tan amargas y abundantes lágrimas!, haced que llore y deteste mis culpas, para obtener de Dios el perdón de ellas.

Práctica: Si vuestra conciencia os reprocha de alguna falta, pedid inmediatamente perdón al Señor, de todo corazón, prometiéndole confesaros lo más pronto posible.

 Oración

¡Oh Luis santo, adornado de angélicas virtudes! Yo indigno devoto vuestro postrado, humilde a vuestros pies, adoro la majestad infinita que os elevó a tanta gloria; bendigo mil veces a la Santísima Trinidad, que os concedió tan perfecta inocencia y adornó vuestra alma de tan heroicas virtudes. Suplicaos humildemente que por tan sobrenaturales dones por el amor de Dios que abrasaba vuestro corazón en la tierra, me recibáis hoy en el número de vuestros devotos y me obtengáis verdadera contrición de mis pecados y gran pureza de corazón que me aleje de todo lo que pueda ofender a mi Dios. Os suplico seáis mi protector en todas las acciones de mi vida y especialmente en la hora de la muerte. Y vos, oh gran Reina del Cielo María, que tanto amasteis y favorecisteis a San Luis mientras vivió en la tierra, haced que sean eficaces mis oraciones; atendedlas, no por mis méritos, sino por los de vuestro siervo San Luis y por vuestro amor maternal. Haced, Oh querida Madre Mía, que imite a este santo durante mi vida y después de una santa muerte, participe de la felicidad que en compañía de los bienaventurados goza por toda la eternidad. Así Sea.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Segundo Domingo 
Día segundo de la Novena
Penitencia de San Luis


La vida de San Luis es un conjunto de las mas puras y santas virtudes, a las cuales unía la mas austera penitencia. Niño aun , mortificaba continuamente su inocente cuerpo con ayunos, no tomando algunos días mas que una onza de alimento. (....) pidió a su superior que al morir su cuerpo se tendiese desnudo en el suelo para morir como verdadero penitente por amor de aquel que había muerto por él sobre el duro madero de la cruz.

Si San Luis príncipe de complexión débil siendo tan puro e inocente hacia tanta penitencia, que motivo de confusión para los jóvenes que buscan mil pretextos para huir o evitar todas las ocasiones de hacer algún sacrificio de amor de Jesús que tanto sufrió por nosotros!

Jaculatoria: Glorioso San Luis!, obtenedme un verdadero deseo de hacer penitencia de mis pecados, para no tener la desgracia de llorarlos inútilmente en el infierno.

Práctica: Hacer ayuno de todo lo que nos aparte de los ratos de oración y de nuestro Señor Jesucristo, practicando el ayuno que más agrada a nuestros Señor. 

Oración

¡Oh Luis santo, adornado de angélicas virtudes! Yo indigno devoto vuestro postrado, humilde a vuestros pies, adoro la majestad infinita que os elevó a tanta gloria; bendigo mil veces a la santísima Trinidad, que os concedió tan perfecta inocencia y adornó vuestra alma de tan heroicas virtudes. Suplicaos humildemente que por tan sobrenaturales dones por el amor de Dios que abrasaba vuestro corazón en la tierra, me recibáis hoy en el numero de vuestros devotos y me obtengáis verdadera contrición de mis pecados y gran pureza de corazón que me aleje de todo lo que pueda ofender a mi Dios. Os suplico seáis mi protector en todas las acciones de mi vida y especialmente en la hora de muerte. Y vos, oh gran Reina del Cielo María, que tanto amasteis y favorecisteis a San Luis mientras vivió en la tierra, haced que sean eficaces mis oraciones; atendedlas, no por mis méritos, sino por los de vuestro siervo san Luis y por vuestro amor maternal. Haced, Oh querida Madre Mía, que imite a este santo durante mi vida y después de una santa muerte, participe de la felicidad que en compañía de los bienaventurados goza por toda la eternidad Así Sea.

 Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Tercer Domingo 
Día tercero de la novena
San Luis, modelo de Pureza

Todas las virtudes fueron practicadas por San Luis en grado heroico, pero la que brilló en él con más resplandor fue la pureza; por eso era conocido generalmente con el nombre de ángel en carne humana o joven angelical. A veces sucedía que la conversación entre sus compañeros o conocidos no era todo lo correcta que fuera de desear; pero al acercarse Luis la interrumpían al punto, por no ofender su modestia y candor. Debemos advertir, además, que, para conservar una virtud tan preciosa, guardaba cuidadosamente todos sus sentidos y en particular el de la vista. (...)

Tenia solo diez años cuando conoció el valor inestimable de esta hermosa virtud e hizo voto a los pies de María Santísima, Reina de las vírgenes, de conservarla siempre. Ella le recompensó de tal manera acto tan heroico, que Luis no sintió jamás tentación alguna contra la pureza, teniendo la dicha de morir conservando la inocencia bautismal.

Amados jóvenes: si queréis guardar esta virtud tan agradable a Dio , a la santísima Virgen y a todos los Ángeles, tomad por modelo a San Luis; poneos como él bajo la protección en la tierna Madre y Ella custodiara vuestra pureza. Oh María acoge las almas puras y castas con más amor que a las demás. Cuantas gracias les concede! Pero es imposible conservar esta virtud sin huir de la ociosidad, fuente y raíz de todo vicio, de las malas compañías y sin guardar los sentidos especialmente el de la vista.

Jaculatoria: Haced, oh Luis Santo!, que huya como de la peste de la ociosidad y de los malos amigos, pues con sus perversas máximas contribuyen a la perdición de mi alma.

Práctica: Tomad hoy la resolución de no mirar jamás objetos peligrosos, ni hablar de cosas contrarias a la santa pureza.

Oración

¡Oh Luis santo, adornado de angélicas virtudes! Yo indigno devoto vuestro postrado, humilde a vuestros pies, adoro la majestad infinita que os elevó a tanta gloria; bendigo mil veces a la santísima Trinidad, que os concedió tan perfecta inocencia y adornó vuestra alma de tan heroicas virtudes. Suplicaos humildemente que por tan sobrenaturales dones por el amor de Dios que abrasaba vuestro corazón en la tierra, me recibáis hoy en el número de vuestros devotos y me obtengáis verdadera contrición de mis pecados y gran pureza de corazón que me aleje de todo lo que pueda ofender a mi Dios. Os suplico seáis mi protector en todas las acciones de mi vida y especialmente en la hora de muerte. Y vos, oh gran Reina del Cielo María, que tanto amasteis y favorecisteis a San Luis mientras vivió en la tierra, haced que sean eficaces mis oraciones; atendedlas, no por mis méritos , sino por los de vuestro siervo san Luis y por vuestro amor maternal. Haced, Oh querida Madre Mía, que imite a este santo durante mi vida y después de una santa muerte, participe de la felicidad que en compañía de los bienaventurados goza por toda la eternidad  Así Sea.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Cuarto Domingo 
San Luis Desprendido de los Bienes de la Tierra.

Todos los bienes terrenos fueron mirados con desprecio por San Luis. Le aterraban por sobremanera aquellas palabras del Salvador en que dice que "es mas fácil que un camello pase por el hondón de una aguja, que un rico se salve".

Por esto compadecía a los ricos y a los grandes del mundo, porque muchos pierden la felicidad eterna por un puñado de oro y algunos palmos de tierra. Despreciaba todo respeto humano y aunque se burlaron de él muchas veces, no obstante dejaba que todos hablasen a su antojo, no preocupándose más que de la mayor honra y gloria de Dios y de la salvación de su alma.

Por los grandes peligros que siempre llevan consigo las riquezas y los honores de la tierra, resolvió deshacerse de todo para seguir únicamente a Dios. Por esto abandonó el Principado, parientes, amigos y después de haber sufrido muchas oposiciones por parte de unos y otros, abrazo el estado religioso en el que llegó  a un alto grado de perfección cristiana.

Si queremos también nosotros desprendernos de las vanidades del mundo y dedicarnos al servicio de Dios, comencemos por despreciar los bienes terrenos, que como punzantes espinas y lazos funestos, sirven de obstáculos a nuestra salvación; estimemos solamente aquellos que pueden conducirnos a una feliz y eterna bienaventuranza diciendo con san Luis : «Lo que no es eterno, no es nada: Quod aeternum non est, nihil es.» Conseguiremos esto despreciando todo respeto humano, ocupándonos solamente en honrar a Dios, frecuentando los Sacramentos de la confesión y comunión, que son los medios mas eficaces para vencer la fatal vergüenza de mostrarse cristianos, desprendiendo nuestro corazón de todas las cosas terrenas y poniéndolos solamente en las celestiales.

Jaculatoria: Oh Amabilísimo San Luis! por la misma unión que tuviste con Dios, concededme que en lo por venir mi corazón no se preocupe sino de los bienes eternos y desprecie siempre los de la tierra.

Práctica: Prometed hoy a Dios frecuentar cuanto sea posible, los sacramentos de la Confesión y Comunión y poner en práctica los buenos consejos del confesor.

Oración

¡Oh Luis santo, adornado de angélicas virtudes! Yo indigno devoto vuestro postrado, humilde a vuestros pies, adoro la majestad infinita que os elevó a tanta gloria; bendigo mil veces a la Santísima Trinidad, que os concedió tan perfecta inocencia y adornó vuestra alma de tan heroicas virtudes. Suplicaos humildemente que por tan sobrenaturales dones por el amor de Dios que abrasaba vuestro corazón en la tierra, me recibáis hoy en el número de vuestros devotos y me obtengáis verdadera contrición de mis pecados y gran pureza de corazón que me aleje de todo lo que pueda ofender a mi Dios. Os suplico seáis mi protector en todas las acciones de mi vida y especialmente en la hora de muerte. Y vos, oh gran Reina del Cielo María, que tanto amasteis y favorecisteis a San Luis mientras vivió en la tierra, haced que sean eficaces mis oraciones; atendedlas, no por mis méritos, sino por los de vuestro siervo san Luis y por vuestro amor maternal. Haced, Oh querida Madre Mía, que imite a este santo durante mi vida y después de una santa muerte, participe de la felicidad que en compañía de los bienaventurados goza por toda la eternidad Así Sea

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 Quinto Domingo
Amor que San Luis Tenía a Dios
San Luis fue un serafín en el amor divino

Tan abrasado estaba en él, que sólo el pensar u oír hablar de Dios, bastaba para hacerle caer en una especie de éxtasis.

Su amor a Jesús crucificado era ardentísimo. Soportaba con alegría los desprecios y enfermedades y en una palabra todo lo que daba ocasión de padecer por el Señor. Que diremos de su devoción a Jesús Sacramentado? Pasaba muchas horas ante el altar y niño aún empleaba días en preparase para la comunión y otras tres en dar gracias. Siendo mayor se acercaba todos los días a la santa Mesa, pero siempre con angelical fervor y con el mas profundo recogimiento. Al recibir la Santa Hostia se deshacía en lágrimas de ternura y en sentimientos de devoción, de tal manera, que con frecuencia le faltaban las fuerzas para levantarse del suelo.

Por que experimentamos nosotras tan poco agrado en las cosas espirituales? Porque nuestro corazón no arde en amor por Jesús Crucificado,  y porque recibimos la santa Comunión indignamente o con el corazón lleno de afecto terrenos; pues es imposible acercarse a esta hoguera ardiente del amor de Dios, sin sentirse encendido y recibir de ella fuerza y consuelo. Acerquémonos, pues, de hoy en adelante con el corazón inflamado de viva caridad y con fervorosos actos de fe, esperanza y amor; y entonces experimentaremos también nosotros aquellas delicias y consuelos que inundaban el corazón de San Luis.

Jaculatoria: Oh Gran serafín de amor!, haced que de hoy en adelante no desee otra cosa que amar y servir a Dios.

Práctica: Procurad rezar las oraciones de la mañana y de la noche delante de la imagen de Jesús Crucificado, besándola con devoción. Los Sumos Pontífices han concedido muchas indulgencias a esta piadosa práctica.

Si podéis, haced una visita a Jesús Sacramentado, sobre todo donde haya Exposición de las cuarenta Horas.

Oración

 ¡Oh Luis santo, adornado de angélicas virtudes! Yo indigno devoto vuestro postrado, humilde a vuestros pies, adoro la majestad infinita que os elevó a tanta gloria; bendigo mil veces a la santísima Trinidad, que os concedió tan perfecta inocencia y adornó vuestra alma de tan heroicas virtudes. Suplicaos humildemente que por tan sobrenaturales dones por el amor de Dios que abrasaba vuestro corazón en la tierra, me recibáis hoy en el número de vuestros devotos y me obtengáis verdadera contrición de mis pecados y gran pureza de corazón que me aleje de todo lo que pueda ofender a mi Dios. Os suplico seáis mi protector en todas las acciones de mi vida y especialmente en la hora de muerte. Y vos, oh gran Reina del Cielo María, que tanto amasteis y favorecisteis a San Luis mientras vivió en la tierra, haced que sean eficaces mis oraciones; atendedlas, no por mis méritos, sino por los de vuestro siervo san Luis y por vuestro amor maternal. Haced, Oh querida Madre Mía , que imite a este santo durante mi vida y después de una santa muerte, participe de la felicidad que en compañía de los bienaventurados goza por toda la eternidad Así Sea.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Sexto Domingo 
Caridad de San Luis para con el Prójimo.

El amor al prójimo es la medida del amor a Dios. San Luis no solo era caritativo para con su prójimo , sino que sabia soportar admirablemente sus defectos. Desde niño fue tan paciente que toleraba con mayor dulzura los insultos , ultrajes y palabras de desprecio que sus compañeros le dirigían  y lejos de mostrar resentimiento se gozaba en dar mayores muestras de cariño al que mas le había ofendido. Había aprendido y meditado aquellas palabras del Evangelio: "Dad lo superfluo a los pobres".  Por eso sentía sumo placer en privarse no solo de lo que le sobraba , sino aun de las cosas de su mayor agrado , para darles limosna Cuando algún pobre llamaba a su puerta, iba inmediatamente a verle , corría gozoso en busca de su madre para que le diese alguna limosna, e inmediatamente se la daba al mendigo. Pero la caridad de Luis era mucho mas ardiente , si se trataba de las necesidades del alma.

Aun siendo seglar , acostumbraba ir a la iglesia a enseñarr la doctrina a los ignorantes, corregir sus costumbres y procurar pacificarlos en sus pendencias y discordias. Después que fue religioso , recorría toda Roma , a fin de instruir a los mendigos y conducirlos el mismo a un confesor, para que los absolviese de sus culpas y recuperarse la gracia de Dios. No teniendo otra cosa que ofrecer a Dios en favor del prójimo sino su vida llego hasta hacer este sacrificio. En ocasión de una terrible pestilencia que asolaba a Roma, obtuvo permiso para asistir a los apestados ; eligiendo siempre los enfermos mas repugnantes para prodigarles sus cuidados.

Iba por las ciudad, de puerta en puerta , pidiendo una limosna para ellos; y los atendía, prestándoles los mas humildes servicios.

También nosotros , queridos jóvenes, podemos imitar a este gran Santo en las obras de caridad soportando los defectos de nuestros compañeros, y perdonándolos de todo corazón cuando nos ofendan. Pero esta caridad será mas meritoria, si tratamos de enseñar  a nuestros semejantes las grandes verdades de la fe, o al menos de conducirlos a donde puedan ser instruidos en ellas. A cuantas almas podremos apartar del sendero de la perdición , mostrándoles el verdadero camino que conduce a la vida eterna!

Cuantas gracias nos obtendrá por ello del Señor la intercesión de San Luis!

Jaculatoria: Amabilísimo San Luis, inflamad mi corazón en el verdadero amor al prójimo , para que crezca en mi cada día mas y mas el amor de Dios.

Práctica: Procurad atraer a alguno de vuestros compañeros a oír la palabra de Dios y recibir el sacramento de la confesión.

Oración

¡Oh Luis santo, adornado de angélicas virtudes! Yo indigno devoto vuestro postrado, humilde a vuestros pies, adoro la majestad infinita que os elevó a tanta gloria; bendigo mil veces a la santísima Trinidad, que os concedió tan perfecta inocencia y adornó vuestra alma de tan heroicas virtudes. Suplicaos humildemente que por tan sobrenaturales dones por el amor de Dios que abrasaba vuestro corazón en la tierra, me recibáis hoy en el numero de vuestros devotos y me obtengáis verdadera contrición de mis pecados y gran pureza de corazón que me aleje de todo lo que pueda ofender a mi Dios. Os suplico seáis mi protector en todas las acciones de mi vida y especialmente en la hora de muerte. Y vos, oh gran Reina del Cielo María, que tanto amasteis y favorecisteis a San Luis mientras vivió en la tierra, haced que sean eficaces mis oraciones; atendedlas, no por mis méritos, sino por los de vuestro siervo san Luis y por vuestro amor maternal. Haced, Oh querida Madre Mía, que imite a este santo durante mi vida y después de una santa muerte, participe de la felicidad que en compañía de los bienaventurados goza por toda la eternidad Así Sea.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

El Papa Benedicto XVI nunca renunció como Vicario de Cristo y nunca celebró un Cum com Bergoglio

                             Magna est Veritas et Praevalebit Bergoglio es un IMPOSTOR no hubo sucesión apostólica. Bergoglio lleva 11 años ...