sábado, 24 de octubre de 2020

Oración De la Archicofradía de San Rafael

 



Glorioso Arcángel San Rafael, gran Príncipe de la Corte Celestial, ilustre por los dones de la sabiduría y de la Gracia, guía de los viajeros en tierra y mar, consuelo y de los pecadores, te suplico refugio que me asistas en todas las necesidades y las penas de esta vida, como sostuviste al joven Tobías en sus peregrinaciones. Ya que Tú eres el remedio de Dios, te pido humildemente que cures a mi alma de sus numerosas enfermedades y a mi cuerpo de los males que le afligen, si esta Gracias me conviene.  (Pedir la Gracia que se Necesita)

Te pido en especial una angélica pureza para merecer así ser Templo Viviente del Espíritu Santo. Amén 


"Glorioso Arcángel San Rafael, medicina de Dios, que guiaste a Tobías en su viaje para cobrar la deuda de Gabelo, le preparaste un feliz matrimonio y devolviste la vista a su anciano padre Tobit, guíanos en el camino de la salvación, ayúdanos en las necesidades, haz felices nuestros hogares y danos la visión de Dios en el cielo. Señor, que diste a tu hijo Tobías como compañero de viaje al Arcángel Rafael, concédenos la gracia de estar siempre protegidos por su custodia y asistidos por sus auxilios. Por Jesucristo Nuestro Señor, que vive y reina por siempre. Amén." 

Novena a San Rafael Arcángel



NOVENA DEL GLORIOSO ARCÁNGEL SAN RAFAEL

PARA ALCANZAR POR SU INTERCESIÓN TODA SUERTE DE GRACIAS Y FAVORES

Compuesta por el R. P. José Ríus, O. P.

Año de 1947

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, mi poderoso Creador, mi dulce Padre y mi piadosísimo Redentor; aquí tenéis postrado a vuestros pies a este hijo pródigo, que tantas veces ha malogrado el patrimonio de vuestra gracia con enormes pecados. La contusión cubre mi rostro, Dios mío, y apenas me atrevo a levantar mis ojos para miraros, aterrado con el asombroso número de mis pecados. Mas ¿a quién iré, bien mío, sino al que me dio el ser, y derramó por mí toda su sangre? Levantare y me iré al Padre, os digo como el primer pródigo. A Vos, pues, vengo, cierto que me esperáis con los brazos abiertos para abrazarme, y regar con dulces lágrimas mi cuello. Si para esto queréis también mi llanto, de sangre viva quisiera yo formarlo, y daros con esto un testimonio de mi verdadero arrepentimiento. Dad Vos, Señor, firmeza a mis buenos propósitos, para que, dejando ya de ser demonio por los vicios, sea por las virtudes un ángel puro, semejante a vuestro querido arcángel San Rafael.  A vos, pues, me dirijo Príncipe gloriosísimo y ángel de la salud, Rafael, para que, a la vista de vuestras virtudes y excelencias, salga con vuestra protección del abismo de mis vicios y miserias, y merezca con esto el favor que solicito en esta Novena y que espero de aquel vuestro tierno corazón y fondo de caridad que forman vuestro carácter. Amén.

 

 

DÍA PRIMERO

RAFAEL, GRAN PRIVADO DEL REY SUPREMO

Para formar el debido concepto de la íntima privanza y especial predilección con que honra a Rafael el Rey Supremo, basta considerar la alta cumbre de honor a que lo ha sublimado. Mas ¡oh qué altura de honor tan asombrosa! El menor do los ángeles ocupa ya un trono incomparablemente más excelso y brillante que el mayor de los monarcas de la tierra: ¿cuál, pues, será la elevación de un Espíritu que so eleva sobre millares de millones de ángeles, por ser uno de los que honran y decoran el celestial imperio! El mismo reveló por su propia boca a los dos Tobías esta tan sublimo preeminencia, cuando les dijo: Yo soy el ángel Rafael, uno de los siete que estamos delante del Señor, esto es, uno de los siete más allegados a su augusto solio, prontos a desempeñar las comisiones con que nos honra como a sus más íntimos privados, y de aquí es, que del incalculable número de ángeles, que, como dice Santo Tomás con el Areopagita, es mucho más crecido que el número de todos los seres juntos, sólo de Rafael y otros dos espíritus angélicos ha querido Dios dar cierta e individual noticia a los mortales: que por esto, sólo de estos tres celebra en particular su fiesta la Iglesia. ¡Oh excelencia de Rafael verdaderamente admirable! (Medítese un poco, y pídase el favor que se desea).

 

ORACIÓN

¡Qué grande os hizo, sublimo Rafael, la poderosa diestra del Altísimo! ¡Ah! yo quiero levantar la vista al refulgente solio de vuestra gloria, y los vivos rayos de brillante luz que os rodean, deslumbran y obligan a cerrar mis endebles ojos. Vos sois uno de aquellos siete supremos senadores que le forman al Rey inmortal e invisible su más secreto gabinete y que, a la manera de inextinguibles antorchas, arden y brillan sobro los siete candeleros de oro que vio San Juan en el Apocalipsis delante del Cordero de Dios. A vos dirige con dulce majestad sus cariñosos ojos el Rey de la gloria, haciéndoos con su luz eterna e increada un fidelísimo espejo de su hermosura. A vos confía aquellos profundos arcanos, de que no os lícito hablar al hombre; y como a su apreciado valido os concede todas las gracias con que, como ángel de la caridad, queréis socorrer a los afligidos mortales. Ya que tan grande sois y tanto priváis al Rey de reyes, sacadme de mi pequeñez y alcanzadme de su Divina Majestad que se eleve mi espíritu a las cosas celestiales y eternas, en cuya comparación todas las grandezas y pompas do esto mundo no son más que vanidad y aflicción de espíritu.  Y para más obligaros, unido mi espíritu con las tres jerarquías de los ángeles, saludo a la sacrosanta e individua Trinidad con tres Padrenuestros, tres Avemarías y un Gloria Patri.

 

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Excelentísimo príncipe del Empíreo, Rafael, ministro del gran Rey, celador de su honra, protector de la castidad, patrono do la limosna y oración, conductor de los caminantes, libertador de los peligros, proveedor en las necesidades, iluminador de los ciegos y módico universal de todas las enfermedades: a vos clamo, y a la sombra de vuestro patrocinio acudo, para que os dignéis sostenerme en todos mis peligros, consolarme en todas mis tristezas, dirigirme en todos mis apuros y remediarme en todas mis necesidades. Vos reunís todas las prerrogativas de los nueve coros angélicos. Tenéis la pureza y candor de los ángeles comunes; sois embajador de las cosas grandes como los arcángeles; sobre vos descansa Dios como en los Tronos; con las Dominaciones señoreáis los ánimos; con los Principados veláis sobre reyes y reinos; enfrenáis los demonios con las Potestades; obráis estupendos milagros con las virtudes; en vos, finalmente, se ven brillar las luces de los Querubines y arder las amorosas llamas de los Espíritus Seráficos. Ya, pues, que residen en vos tanta grandeza, poder y gloria, usad vuestra generosa beneficencia con esta inútil criatura, que, aunque frágil, al fin os ama con dulce pasión, para que sea feliz en el tiempo y en la eternidad. Amén.

 

GOZOS

De Dios íntimo Privado

Y su ministro escogido:

¡Rafael, de Dios querido,

Dad la salud, invocado!

 

Tú eres en Naturaleza

Un puro espíritu, y tal,

Que en la Corte Celestial

Descuella tu grande Alteza;

Al sol vences en belleza,

Del eterno Sol bañado:

 

En aquella antigua lid,

En que el valiente Miguel

Ajó al soberbio Luzbel,

Fuisteis invencible adalid.

Tropas del abismo, huid,

Pues ambos os han hollado:

 

De los siete más vecinos

Al trono augusto de Dios

Por uno os cuentan a vos

Los oráculos divinos.

Nuestros discursos mezquinos

Vencen tan noble dictado:

 

Principado en dignidad,

En las luces Querubín,

En las llamas Serafín,

Y trono en la majestad;

Reúnes la autoridad

Del Angélico Senado:

 

Aunque tan grande en el Cielo

Del hombre no os desdeñáis,

De allá a la tierra bajáis

Para su guía y consuelo.

De Dios tomando el modelo

A nadie os negáis, llamado:

 

Por vos Tobías el mozo

Libre de un susto mortal

Halló bienes sin igual,

Halló mujer, halló gozo.

Por vos llena de alborozo

A Raquel su suegro amado:

 

Sara, antes entristecida

Con siete maridos muertos

(Por ti echado a los desiertos

Asmodeo), vuelve a vida,

Y a un santo marido unida

Prole feliz le has logrado:

 

Tú de Gabelo el dinero

Para Tobías cobraste;

Tú siempre caudal hallaste

Al que te ama con esmero.

Siempre en ti un fiel tesorero

Halla el bien intencionado:

 

Tú a Tobías el mayor,

Ya de muchos años ciego,

Con hiel de un pez diste luego

De la vista el resplandor.

Loa el anciano al Señor

Y ve al hijo suspirado:

 

Tú ofreces en copa de oro

Al gran Rey de la alta Sión

La limosna, la oración

Y del pecho humilde el lloro.

La piedad es tu decoro

Y hacer bien al angustiado:

 

Ángel de salud te llama

La Iglesia, la cual opina

Que el Ángel de la Piscina

Eres tú: y quien a ti clama

De tu caridad la llama

Presto siente remediado:

 

Ya tu nombre mismo expresa

Que eres de Dios medicina;

De socorro rica mina

Todo el mundo te confiesa.

¡Feliz el que te profesa

Un amor fiel y alentado!

 

No es Córdoba solamente

La que, por ti apadrinada,

Se vio pronto libertada

De un contagio pestilente:

A cualquiera edad y gente

La salud has alcanzado:

 

ANTÍFONA: Príncipe gloriosísimo San Rafael Arcángel, acuérdate de nosotros, y aquí y en todo lugar ruega siempre por nosotros ante el Hijo de Dios.

 

L/: Estaba junto al altar del templo el Ángel.

R/: Teniendo en su mano un incensario de oro.

 

ORACIÓN: Oh Dios que has dado a Tobías tu siervo al bienaventurado Arcángel San Rafael como compañero para el viaje, concédenos la gracia, a quienes también somos tus siervos, que también podamos ser protegidos por su vigilancia y fortificados por su ayuda. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

 

 

DÍA SEGUNDO

RAFAEL, CELADOR DE LA HONRA DE DIOS

El alto grado de gloria a que elevó el Todopoderoso a Rafael, es una prueba cierta del ardiente celo con que en el día primero del mundo defendió la honra del Altísimo, inicuamente ajada por el príncipe de la soberbia, Lucifer, cuando con impotente orgullo quiso fijar su trono sobre el Monte del Testamento, elevarse sobre los astros del Cielo y arrogarse la gloria del Creador. El fue entonces uno de los más valientes campeones, que, al lado del grande Miguel, sostuvo los derechos del Sumo de los reyes, y con el rayo de la verdad vibrando por su fulminante boca, lanzó a los abismos aquel dragón horrible y todos sus secuaces. Este celo de la divina gloria es el resorte que da impulso a todas sus acciones; y aun en los continuos actos de bondad y misericordia con que socorre a los hombres, lejos de buscar su propia gloria, no se propone otro objeto, sino que los favorecidos bendigan, alaben y glorifiquen al Señor. Esta es la única recompensa que exigió de los imponderables beneficios que había dispensado a los dos Tobías. Bendecid, les dijo, al Dios del Cielo, y publicad su gloria delante de todos los vivientes, por haber usado para con vosotros de su misericordia. (Medítese un poco, y pídase el favor que se desea).

 

ORACIÓN

¡Cuán feliz sería yo, celosísimo Rafael, si llegase a imitaros en el celo de la honra de Dios! Vuestro purísimo pecho es un volcán de amor divino, y esto fuego de amor es el que levanta allí la llama da vuestro celo. Quien ama, olvida sus propios intereses, ni conoce más anhelos que los que se dirigen al provecho y gloria del amado. Vos, que tanto ardéis en incendio de amor seráfico, sólo respiráis llamas de inflamado celo por la gloria de vuestro amado Dios. Mas yo ¿qué celo puedo tener de esta honra, cuando mi corazón para con Dios vence en frialdad y dureza al insensible mármol? Todo concentrado dentro de mí, sólo vengo a ser el ídolo de mí mismo, en cuya sola ara quemo todos mis inciensos. Mis pensamientos, mis afectos, mis obras sólo se dirigen a contemporizar mi amor propio, procurando de mil maneras la satisfacción de todas mis propensiones y antojos, aunque para esto sea preciso ofender e insultar a mi Creador, violando su ley en su presencia. No sé mirar la más leve injuria que se me haga sin amotinarse luego mis pasiones, y mirar con indiferencia y sin dolor innumerables ofensas que se hacen sin cesar al Dios de la majestad y de la gloria. ¡Qué contraste, ardiente Rafael, entre mi frialdad y vuestro celo! Curadme, oh médico celestial, de enfermedad tan oprobiosa.  Y para más obligaros, unido mi espíritu con las tres jerarquías de los ángeles, saludo a la sacrosanta e individua Trinidad con tres Padrenuestros, tres Avemarías y un Gloria Patri.

 

 

 

DÍA TERCERO

RAFAEL, PROTECTOR DE LA PUREZA

Aunque la pureza sea blasón común do todos los ángeles, por ser puros espíritus, y carecen por lo mismo de esta grosera y corruptible masa do carne, que grava a nuestra triste alma; sin embargo, ella pertenece y distingue do un modo especialísimo al purísimo Rafael, por cuyo motivo es considerado por especial protector de la castidad. Él es quien ata, sujeta y confina al infernal Asmodeo, que es el portaestandarte de la lujuria. Efectivamente, leemos en la Sagrada Escritura que él libró a Sara, hija de Raquel y Ana, de la obsesión de aquel inmundo demonio que le había ya muerto siete maridos, en quienes había atizado primero el hediondo fuego de la lujuria. Pero la protección del gran Rafael escudó al joven Tobías; y lejos de permitir a aquel impuro espíritu que le asestase tiros como a los demás maridos de Sara, tómale, dice la Escritura, y le amarró en el desierto del alto Egipto. Así es que este angélico protector de la pureza quita las fuerzas al demonio tentador y corona de triunfos a los que reclaman su auxilio en las arduas y siempre temibles batallas con que pretenden los demonios conquistar el preciosísimo tesoro de una virtud tan bella como frágil.  (Medítese un poco, y pídase el favor que se desea).

 

ORACIÓN

Purísimo Rafael, ¡oh cuan enamorado os contemplo de la fragantísima azucena de la pureza! ¡Con qué ahínco y con cuan sabias y oportunas instrucciones procurasteis inspirarla a vuestro querido Tobías, pintándole la brutal condición de aquellos infelices, que a la manera del caballo y del mulo corren precipitados a disfrutar unos placeres que, gustados, acarrean la muerte! Ángel de la pureza, interesaos también en mi ayuda, sostenedme en mis choques, y esgrimid la espada de vuestra irresistible virtud contra los infernales enemigos, que con incesantes y porfiados ataques pretenden abrir brecha en mi corazón, para hurtarme aquella preciosa joya que forma la delicia del Hijo de la Virgen. Mirad que son muchos y muy temibles los enemigos que se han aliado con cruel mancomún en contra de mí: el mundo con mil aparatos lisonjeros, mi propia carne con sensaciones tan halagüeñas como traidoras, todo el infierno con innumerables artimañas; todo, santo mío, conspira a triunfar de mi constancia en ser puro. ¿Qué haré, triste de mí, que no soy sino imbecilidad y flaqueza, sino sucumbir y perderme? Preciso me será una mano tan robusta como la vuestra para sacarme airoso y triunfante. Esta mano, pues, pido; ésta deseo, y con ésta cuento. Y para más obligaros, unido mi espíritu con las tres jerarquías de los ángeles, saludo a la sacrosanta e individua Trinidad con tres Padrenuestros, tres Avemarías y un Gloria Patri.

 

 

 

DÍA CUARTO

RAFAEL, AMIGO DE LAS OBRAS DE MISERICORDIA

Otro de los timbres que más ilustran y engrandecen a Rafael, es aquel vivo empeño que toma en atender y recompensar las obras de misericordia con que los hombres se socorren mutuamente, y especialmente la limosna. Su genio tierno, benéfico y bondadoso, le hace mirar con fino cariño a cuantos congenian con él en la piedad y misericordia. Aquel héroe de la caridad para con los vivos y difuntos, el anciano Tobías, ¿qué beneficios no recibió de mano de este generosísimo Príncipe?  Cuando él distribuía con franca mano su pan a los pobres, cuando interrumpía su comida y se desprendía del descanso del sueño nocturno para dar sepultura a los muertos; cuando, en fin, desplegaba de mil modos su caritativo pecho en beneficio de sus con cautivos hermanos, Rafael vigilaba solícito, atendiendo con dulce complacencia estos actos de humanidad, 30  presentándolos en copa de oro ante el acatamiento del Dios de la misericordia. ¿De qué bienes en seguida no colmó su persona, su casa y su familia? Vista, riquezas, consuelo, larga vida, virtudes, toda clase de prosperidades, fueron la recompensa que con su famosa aparición le negoció. Tanto como esto amó Rafael la misericordia.  (Medítese un poco, y pídase el favor que se desea).

 

ORACIÓN

Misericordiosísimo Rafael, yo no sé ver en vos sino la más cabal y exacta imagen del Padre de la misericordia y Dios de toda consolación. A imitación suya, no contento con favorecer vos a vuestros queridos hombres, formáis un empeño de que ellos se favorezcan recíprocamente. Mientras que vos estabais acumulando mil importantes beneficios sobre las dos casas de Raquel y Tobías, inculcabais con estilo enérgico el ejercicio de la limosna, y demás actos de beneficencia. Mejor es, decíais, dar limosna, que almacenar tesoros de oro. Ella es la que preserva de la muerte; ella la que limpia los pecados, y el más seguro garante de la misericordia de Dios y de vida eterna. ¡Ay de mí, que tengo un corazón tan de piedra, para con mis hermanos! Todo miel y regalo para conmigo, reservóles la hiel y los ajenjos para los otros; y antes de arrostrar la menor incomodidad, sufriré que padezca de hambre un infeliz. ¿Cómo podréis vos mirarme con buen ojo? No, no es vuestra protección para los insensibles y crueles. Rogad, pues, a Dios, mi amado Arcángel, que sensibilice, mi corazón, para que, a ejemplo vuestro, me haga todo para todos, ejercitándome en adelante en todas las obras de misericordia.  Esta es la merced que hoy os pido.  Y para más obligaros, unido mi espíritu con las tres jerarquías de los ángeles, saludo a la sacrosanta e individua Trinidad con tres Padrenuestros, tres Avemarías y un Gloria Patri.

 

 

 

DÍA QUINTO

RAFAEL, ABOGADO DE LA ORACIÓN

Es increíble la complacencia que perciben los santos ángeles en las oraciones que dirigen los hombres al Omnipotente. Por esto se nos describen en el Apocalipsis con azafates de oro en sus manos, llenos de aromáticos olores, que, corno allí mismo se dice, son las oraciones de los santos, que ellos presentan como fragante timiama ante el inaccesible Altar de la tremenda y centelleante Divinidad. Pero, además de este amoroso anhelo con que todas las inteligencias angélicas generalmente miran y protegen la Oración, tenemos datos particulares del especial interés que toma en ella el gran Rafael. Desde los altos cielos parece está continuamente atalayando para ver y descubrir los hombres de oración y ofrecerla al Altísimo en favor de ellos. “Cuando tú orabas con tierno llanto, yo fui quien ofreció a Dios tu Oración”. Así desabrochó su pecho, hablando con Tobías. Y no hay duda que hará lo mismo con cuantos se dedican con esmero a la oración, especialmente si invocan su auxilio con fervor y alentada confianza; que por esto lo considera la Iglesia estar en pie con el incensario en la mano ante el ara del templo, como que está siempre en actitud de ofrecer a Dios el oloroso perfume de nuestras oraciones.  (Medítese un poco, y pídase el favor que se desea)

 

ORACIÓN

Ya que sois, excelso Príncipe Rafael, el abogado y promotor de la oración, alcanzadme de Dios el espíritu de esta virtud elevadora, que transforma los hombres en serafines. Ella es la que corre la cortina a los sublimes espectáculos de la eternidad; entabla una amistosa correspondencia entre Dios y el hombre; da al alma alas de paloma, con que se traslada en un momento desde el abismo do la nada hasta el refulgente solio de la Divinidad; enerva la fuerza tirana de las pasiones, degüella los vicios, da vida a las virtudes, hace llover del cielo mil saludables destellos de toda suerte de favores; ella, en fin, infunde en el alma aquella dulce y vehemente llama, limpiándola do toda escoria de terrenos afectos, la eleva a los místicos ósculos y abrazos del Dios del amor puro, hasta unirla y hacerla un mismo espíritu con Él.  Ella, pues, formará en adelante mis delicias, dedicando a su ejercicio tantas horas como hasta ahora se me ha llevado la ociosidad y unas tareas vanas y aun perjudiciales. Estos son mis propósitos. Vos, que sois el amigo de la oración, suplicad al Señor me dé la gracia de saber llevarlos a generosa obra. Así lo espero de vuestra condición.  Y para más obligaros, unido mi espíritu con las tres jerarquías de los ángeles, saludo a la sacrosanta e individua Trinidad con tres Padrenuestros, tres Avemarías y un Gloria Patri.

 

 

 

DÍA SEXTO

RAFAEL, CONDUCTOR DE LOS CAMINANTES

Pasma verdaderamente la cariñosa solicitud que manifestó el gran Rafael en ofrecerse por compañero de Tobías y seguirlo en todos los puntos de su famosa ruta. Disimulando la alta dignidad de su carácter y trasformado en un joven viajero con el nombre de Azarías, para hacerse más franco y familiar, ¿qué dulzura no usa en su trato? ¿de qué riesgos no lo preserva? ¿qué bienes no le alcanza? ¿y qué saludables preceptos y máximas no le inspira? Do esta manera, mientras es su guía y conductor por los caminos de la tierra, es al mismo tiempo un sabio mentor, que lo ilustra e instruye, enseñándole el verdadero camino que lleva a la eterna vida. Y verdaderamente, como dice San Gregorio, mientras vivimos en este mundo, estamos como en camino, por el cual nos dirigimos a la Patria: que por esto somos llamados viajeros. ¡Dichoso y bienhadado el hombre que, desviándose del camino de la iniquidad y perdición, atina con el que guía a la morada feliz do los bienaventurados! ¡Y mil veces también dichoso el que logra para esto un conductor tan diestro y oficioso como Rafael! Seguro podrá estar con tan buen compañero de no tropezar en los continuos obstáculos que se atraviesan por este camino, y llegar prósperamente al fin de tan crítica o interesante jornada.  (Medítese un poco, y pídase el favor que se desea)

 

ORACIÓN

A vos invoco, dulcísimo Rafael, mientras que voy viajando por la peligrosa carrera de esta frágil y deleznable vida. Más tímido e inexperto que el mozo Tobías, preciso será que os dignéis asirme de la mano, para que no dé en algún horrible precipicio. Por todos los puntos de esta derrota hay ladrones y asesinos, que están siempre acechando, para hurtarme el oro do las virtudes, y hasta la vestidura do la gracia, y quitarme con esto la vida del alma, que es la única verdadera vida. Se hallan con frecuencia caminos espaciosos y amenos, cubiertos de flores y de varios hechizos, a que se nos llama con mil lisonjeros atractivos de honras, riquezas y placeres. De otra parte, se presentan páramos desiertos, montes escabrosos y ardientes arenales, que meten grima y horror al sólo verlos. ¡Cuán fácil es atendida nuestra innata propensión a lo agradable, andarse por los caminos deliciosos y volver las espaldas a los arduos! Y sin embargo, éstos son, en boca de la verdad eterna, los que guían a la vida, mientras que aquéllos tienen por remato la muerte en la sombría región del llanto sempiterno. Tenedme, pues, siempre de la mano, Ángel conductor, y obligadme, aunque me cueste la vida, a seguir siempre los que tienen por término la eterna vida. Y para más obligaros, unido mi espíritu con las tres jerarquías de los ángeles, saludo a la sacrosanta e individua Trinidad con tres Padrenuestros, tres Avemarías y un Gloria Patri.

 

 

 

DÍA SÉPTIMO

RAFAEL, LIBERTADOR EN LOS PELIGROS

De ningún otro de los espíritus angélicos refiere la Sagrada Escritura tantas particularidades y pormenores como de Rafael. La historia de Tobías no parece también sino la historia de este humanísimo Arcángel. Allí, pues, se descubre su sabiduría y prontitud en librar de los peligros al hijo de aquel héroe. Un pez descomunal sale del fondo del río Tigris y va con furia a tragarse aquel mozo, mientras que éste quería lavarse los pies. Asustado y atónito Tobías, grita con alta voz al Ángel: Señor, mirad que me embiste. No te asustes, le responde: antes bien, agárralo por las agallas y échalo en la tierra. Así lo hizo impávido; y lo que al principio causó susto y aspaviento, fue después origen de imponderables ventajas. Con no menos prevención libró al mismo y a su esposa Sara del inminente riesgo de la crueldad del demonio, enseñándoles el medio con que precaverse de su furor, y hacerse invulnerables a sus tiros. Y si pudiésemos abrir aquí los anales de la Iglesia, ¿no hallaríamos innumerables testigos del pronto auxilio que experimentaron invocando a Rafael en sus peligros? Acudamos, pues, a él con fe, y será nuestro fiel libertador de cuantos males puedan amenazarnos. (Medítese un poco, y pídase el favor que se desea)

 

ORACIÓN

Con tantas voces quisiera llamaros, mi amado Rafael, cuantos son los innumerables peligros que me rodean. Peligros de salud, peligros de la fama, peligros de los bienes de fortuna, peligros en la soledad, peligros en el concurso, peligros en el mar, peligros en la tierra, peligros de cuerpo, y, lo que es más sensible y aún más frecuente, peligros del espíritu. ¡Oh, con cuánta Propiedad mostró Dios al grande Antonio Abad este mundo, como un campo vastísimo todo sembrado de lazos y peligros! ¿Qué vigilancia no se necesita para poner el pie en punto seguro? ¿Qué astucia y valor para no ser presa de nuestro adversario el diablo, que como león bravo da con feroz rugido mil vueltas a nuestro rededor para devorarnos? ¿Qué superioridad de espíritu para no sucumbir a la fuerza dominante de unas costumbres perversas, que tanto se han generalizado en nuestros días, con dispendio de la Divina Ley? Casi cuanto vemos, cuanto oímos, cuanto gustamos, cuanto, en fin, está cerca de nosotros, compromete nuestra seguridad y pone en contingencia nuestra salvación. Vos, pues, que tanto os distinguís en preservar de los peligros a los que os invocan, sedme presente en mis apuros, protegedme, cubridme, salvadme, y no me desamparéis hasta ponerme en la excelsa región de la imperturbable seguridad. Y para más obligaros, unido mi espíritu con las tres jerarquías de los ángeles, saludo a la sacrosanta e individua Trinidad con tres Padrenuestros, tres Avemarías y un Gloria Patri.



 

 

DÍA OCTAVO

RAFAEL, PROVEEDOR EN LAS NECESIDADES

También se atrae los solícitos desvelos de Rafael la provisión de lo que necesitamos para poder pasar esta miserable vida, si lo que pedimos no lo deseamos para prodigarlo a la satisfacción de nuestras vergonzosas pasiones, sino para nuestra decente manutención y otros fines útiles a la gloria de Dios y socorro de nuestros semejantes. Testigos de esta verdad será en todos los siglos la casa de Tobías, para quien no sólo fue él mismo en persona a cobrar la considerable, suma de diez talentos de plata que le adeudaba el buen Gabelo, vecino de la ciudad do Rages en la Media; más aún enriqueció su casa con la mitad del opulento patrimonio de Raquel, y aun con todo el patrimonio entero, seguida la muerte de este virtuoso varón. Esta misma generosa providencia mostraría a los necesitados, si con los fines arriba indicados depositasen en él toda su confianza; como lo han experimentado diferentes recurriendo a este tesorero del gran Rey con viva fe e inflamada devoción. Enciéndase, pues, en nuestro pecho la viva llama de nuestro afecto y confianza, y desde luego nos inundarán las efusiones de generosidad y bizarría con que este Arcángel de la conmiseración nos proveerá en todas nuestras necesidades. (Medítese un poco, y pídase el favor que se desea)

 

ORACIÓN

Benéfico y próvido Rafael: pues que tantas pruebas de socorro habéis dado en todo tiempo a vuestra providencia me asilo, para que me alcancéis todo cuanto sea menester para pasar en tranquila paz y decencia esta breve y fugitiva vida. No pretendo montañas de oro para fijar sobre su cumbre un trono a mi soberbia, sino precisamente aquello que vos, ilustrado con los rayos de luz, sabéis que me conviene para mi manutención y otros fines de la divina gloria. Pero los bienes de que con más ahínco os suplico me proveáis, son los bienes del alma, en cuyo confronto, según expresión del Sabio, ni la plata es más que lodo, ni el oro sino despreciable arena, ni todas las riquezas merecen otro nombre que el de nada. ¿De qué me serviría que montes de oro procediesen mi carro triunfal, como al de Pompeyo, si en remate quedase para siempre privado de las verdaderas riquezas, de que hace magnífica ostentación el Rey inmortal de los siglos, en aquel brillante Reino que mide su duración con la eternidad? ¿Seré tan loco como Esaú, que por un puñado de legumbres me venda tan rico patrimonio? No, no, santo mío. Lo que primero pido es el Reino de Dios y su justicia, y lo demás sólo por añadidura. Esto espero de vos. Y para más obligaros, unido mi espíritu con las tres jerarquías de los ángeles, saludo a la sacrosanta e individua Trinidad con tres Padrenuestros, tres Avemarías y un Gloria Patri.



 

 

DÍA NOVENO Y ÚLTIMO

RAFAEL, MÉDICO DE NUESTRA SALUD

Si bien en todo género de urgencias se ha mostrado siempre Rafael un dulce amigo de los hombres; pero lo que más particularmente lo distingue y caracteriza es el oficioso anhelo con que se interesa en curar nuestras enfermedades. Su nombre es ya su más completo elogio: pues Rafael significa medicina de Dios. ¿Qué enfermedad habrá tan renitente, que no ceda a tal medicina y a tal médico? Cede, en efecto, la ceguera de Tobías; cede la obsesión de Sara; cede la devorante melancolía de Ana y de Raquel; toda aflicción, en fin, toda dolencia cede. Persuadida la Iglesia Santa de esta verdad consoladora, invoca en las enfermedades de sus hijos a este Ángel de la Piscina como al único instrumento de que se vale Dios en todas las curaciones milagrosas, como dicen los santos padres Gregorio y Agustín. La ciudad de Córdoba, con sólo acudir a este médico celestial y colocar su imagen en el pináculo de su catedral, vio cesar repentinamente una peste desoladora, que iba acabando con todos sus vecinos, sembrando por doquier el llanto, el luto y la orfandad. ¿Qué beneficios no percibió de él aquel inmortal héroe de la caridad con los enfermos, San Juan de Dios, hasta verlo con el hábito de su Orden servir y curar a aquéllos, ¿y tenerlo por su agonizante en la última hora de su vida? Acudamos, pues, a él con viva fe, y sanarán nuestras enfermedades. (Medítese un poco, y pídase el favor que se desea)

 

ORACIÓN

Sapientísimo médico del cielo, piadoso Príncipe Rafael, ¡qué tiernas son vuestras entrañas y cuan fino y dulce vuestro corazón, pues tanto interés tomáis en consolar y aliviar a los afligidos dolientes quo yacen sobre el lecho de su dolor! Ya, pues, que tan tierno sois y tan piadoso, a vos pido y de vos espero la salud del cuerpo para poder trabajar continuamente a gloria del Creador y bien de sus criaturas. Pero ante todo os suplico miréis con ojo compasivo las innumerables enfermedades de que adolece mi alma. ¡Oh, qué campo tan ancho ofrecen éstas a vuestra compasión y humanidad! La hinchazón de la soberbia me tiene todo entumecido; la comezón de la codicia me irrita; la maligna calentura de la lujuria me enciende; la inflamatoria ira me agita; el bolismo de la gula me embrutece; el tétrico humor de la envidia me tiene pálido y afilado, y la gota de la pereza me tiene del todo paralizado. Tantos, tan graves y tan inveterados males sólo medicina de Dios podrá curarlos. Vos, pues, a quien honra el Todopoderoso con tan interesante dictado, enterneceos sobre tan horroroso cúmulo de males, curando las dolencias de aquellos vicios capitales con los medicamentos de las virtudes opuestas. Este es el fruto especial que deseo alcanzar por vuestra mediación en esta novena: pues él solo me asegura la salud eterna en la gloria. Y para más obligaros, unido mi espíritu con las tres jerarquías de los ángeles, saludo a la sacrosanta e individua Trinidad con tres Padrenuestros, tres Avemarías y un Gloria Patri.


lunes, 19 de octubre de 2020

Novena en honor a San Judas Tadeo

 

La novena fue escrita en 1837 por el padre José Antonio Delgadillo, capellán de Nuestra Señora de Egipto, y reimpresa en 1905. Mons. Manuel José Mosquera y Arboleda, Arzobispo de Santa Fe de Bogotá, le otorgó las debidas licencias y por cada oración concedió ocho días de indulgencia. Puede rezarse en cualquier momento del año, y si es por devoción, puede hacerse en preparación a la fiesta de San Judas Tadeo, que es el 28 de Octubre.
 
PRÓLOGO
Los particulares beneficios tanto espirituales como temporales que el Señor ha dispensado a los devotos de San Judas Tadeo, son tantos y tan multiplicados que sería imposible referirlos; baste saber que no hay persona que habiéndose acogido a la protección de este Santo Apóstol no haya sido favorecida. El crecido número de fieles que tienen la devoción de San Judas Tadeo, transmitida de padres a hijos por sólo el ejemplo o consejo, acredita que es un buen protector. El hecho de haberse dado a luz una novena hace más de un siglo, y otra pocos años después, la cual fue reimpresa, y el asegurarse que hay un libro de los prodigios obrados por este Santo Apóstol, convence igualmente que sus devotos han querido de algún modo manifestarle su gratitud por los muchos y repetidos favores que han obtenido de su piadosa intercesión. El gran padre San Bernardo ha sido uno de los más celosos devotos de nuestro santo Apóstol San Judas Tadeo. El autor de la Vida de aquel santo padre refiere que recibió con admirable veneración y devoción una reliquia que de este Santo Apóstol se le enviaron de Jerusalén, y que al tiempo de morir mandó que se la pusiesen sobre el pecho, y que se le enterrase con ellas.
  
Todos estos hechos deben persuadir a los fieles de Jesucristo que la intercesión de San Judas Tadeo es una de las más eficaces para alcanzar el consuelo en nuestras aflicciones, el remedio en nuestros males, y sobre todo la gracia de una buena muerte para ser eternamente bienaventurados; sin embargo, alguna vez acontece no obtenerse visiblemente la protección del santo en la necesidad temporal sobre la cual se le suplica, mas no por eso debe creerse que ha dejado de auxiliar por otros medios que son más convenientes a quien le interesa, y también debe considerarse que no siempre lo que se pide es lo que conviene, aunque se desee con ansia, pues si se alcanzara tal vez traería peores consecuencias que la necesidad misma de la que trata de salir.
 
NOVENA EN HONOR A SAN JUDAS TADEO
  
   
Por la señal ✠ de la santa Cruz; de nuestros ✠ enemigos líbranos, Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
    
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta, y de restituir y satisfacer si algo debiere: os ofrezco mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis, por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte en la Cruz, y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.
 
ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
Oh bienaventurado San Judas Tadeo, digno Apóstol de Jesucristo, amigo inseparable y muy amado del Salvador, a ti me acojo, a ti me dirijo desde lo más íntimo de mi alma para suplicarte me pongas bajo tu protección. Yo me enajeno de gozo al contemplarte; tu poder, tu gloria y tu privanza con Dios Eterno elevan mis ideas, y hacen que me reconozca la más vil y pecadora de todas las criaturas. ¿En quién mejor que en ti, oh santo mío, puedo poner mi confianza? ¿A quién con más razón consagrarle mis afectos? En nadie más que en ti, que por tu paciencia en los trabajos, por tu celo en la religión, por tu desprecio del mundo, por tu fe y tu caridad fuiste exaltado a un puesto tan grande por tu Maestro. Recibe, pues, oh San Judas Tadeo glorioso, el pequeño homenaje que te dedica mi devoción, acéptala bondadoso y eleva ante el trono de la Santísima Trinidad el débil clamor de este devoto tuyo. No repares en el interés con que la hago, ni en la tibieza con que me postro en tu presencia, atiende sí a tu gloria, a que sea respetado y de consuelo tu nombre, y al mejor bien del que se acoge a tu amparo y patrocinio. Amén.
 
DÍA PRIMERO - 19 DE OCTUBRE
LECCIÓN: Se distingue San Judas del traidor en su sobrenombre de Tadeo, y tanto Judas como Tadeo significan “alabanza” o “confesión”. También se le titula Lebeo, que quiere decir “hombre de juicioso entendimiento, y que intercede misericordioso”.
 
ORACIÓN
Omnipotente y sempiterno Dios, que en lo profundo de tu inagotable Sabiduría, te dignaste disponer que San Judas Tadeo llevase unos nombres tan misteriosos y significativos cual le convenían por la confesión sincera que hacía de tu divinidad, por las alabanzas que te tributaba en el misterio augusto de las tres personas en una sola esencia y naturaleza, y por la caridad ardiente con que se interesaba por los hombres: concededme por su poderoso valimiento, que uniendo mi débil fe a la grande y fervorosa de nuestro Santo Apóstol, confiese con él y como él de todo corazón y con toda el alma vuestra santo Nombre, crea los augustos y sacrosantos misterios de la redención que la Iglesia me propone, bendiga y me regocije en tu misericordia. Amén.
  
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Oh bienaventurado San Judas Tadeo, obrero infatigable de la viña del Señor, solícito propagador del Evangelio, yo me regocijo con toda la ternura de mi corazón, y te felicito por la Incomparable dignidad a que te elevó el Señor haciéndote su Apóstol, y porque a la manera que los Arcángeles, los Tronos, las Dominaciones y demás espíritus celestiales se hallan asistentes ante el trono poderoso de la Trinidad Beatísima, así también estás unido por los vínculos de la fe y de la sangre con la Trinidad Sacrosanta de la tierra, Jesús, María y José. Yo doy gracias al Eterno hacedor de cuanto existe, se mueve y tiene ser, porque te eligió en la sabiduría de sus consejos para embajador de su doctrina, para que anunciases la salud a los miserables hijos de Adán, y para que predicases la encarnación del Unigénito del Padre, su pasión, su muerte, su resurrección, y su gloriosa ascensión a los Cielos. Yo doy gracias a Dios, que con su presencia ocupa los espacios, porque te dio una alma tan grandiosa, y llena de tanta caridad que parece se afligió y atormentó cuando dijo el Señor que se manifestaría a sus discípulos, y no lo prometía para todos los hombres. Tú eres admirable ciertamente, y aunque llevas un mismo nombre con el traidor, el mundo cristiano siempre te distingue de éste y te venera. Tú eres de grande valimiento en la presencia del Altísimo, y por tanto te suplico, que por tu grandes merecimientos y eficaz intercesión, me alcances propicio del Señor, que sea socorrido en la necesidad que te manifiesta mi corazón, que sea merecedor de su gracia, y que, puesto en cualquier peligro de alma y cuerpo, me libre de él por su misericordia.
 
También te ruego, oh santo protector mío, que si la súplica que te hago en esta novena no conviene para la salud de mi alma, ni para el buen éxito de mis intereses, que no me dejes sin consuelo, sino que me inspires paciencia, y me des conformidad para sufrir con toda resignación la necesidad que padezco.
 
Aquí se pide lo que se desea alcanzar.
 
Salve, felicísimo San Judas Tadeo: yo saludo, bendigo y adoro en tu nombre a la Santísima Trinidad porque te dio el ser y te estrechó por los vínculos de la sangre con Jesús, María y José. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
 
Salve, felicísimo San Judas Tadeo: yo saludo, bendigo y adoro en tu nombre a la Santísima Trinidad porque te escogió para Apóstol de Jesucristo y testigo de su divinidad. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 
 
Salve, felicísimo San Judas Tadeo: yo saludo, bendigo y adoro en tu nombre a la Santísima Trinidad porque te concedió la dichosa palma del martirio y el descanso eterno en la Gloria. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
  
GOZOS EN HONOR A SAN JUDAS TADEO
    
Pues que al Cielo elevamos
Nuestros más sinceros votos,
Alcanza a tus devotos
La gracia que te suplicamos.
  
El divino Redentor
De tus virtudes prendado,
Te elevó al apostolado
Dándoos pruebas de su amor;
Por tan singular favor
De júbilo nos llenamos.
Alcanza a tus devotos
La gracia que te suplicamos.

  
A Persia fuiste a anunciar
El Evangelio de Dios,
Y apenas se oye tu voz
Con prodigio singular,
El demonio no osa hablar
Como antes a los persianos.
Alcanza a tus devotos
La gracia que te suplicamos.

  
Los idólatras que vieron
Sus falsos dioses vencidos,
De su error arrepentidos
A la fe se convirtieron,
Y al Omnipotente dieron
El culto que hoy tributamos.
Alcanza a tus devotos
La gracia que te suplicamos.

  
Echan sobre ti serpientes
Unos impostores magos,
Y en ellos hacen estragos
A tu mandato obedientes,
Y por eso los creyentes
Tu santidad admiramos.
Alcanza a tus devotos
La gracia que te suplicamos.

  
Aprisionado te viste
En un templo de gentiles,
Y allí a los ídolos viles
Dar en tierra les hiciste:
De este modo defendiste
La fe que profesamos.
Alcanza a tus devotos
La gracia que te suplicamos.

   
Con frenético delirio
Te atormentan los impíos,
Corre tu sangre a ríos
Y vuela tu alma al Empíreo,
A recibir del martirio
La palma que hoy veneramos.
Alcanza a tus devotos
La gracia que te suplicamos.

  
Contra tan crueles paganos,
Al ver Dios vuestros agravios,
Despidió granizo y rayos
Dando muerte a tus tiranos:
Así triunfan los cristianos
Que en Dios creemos y confiamos.
Alcanza a tus devotos
La gracia que te suplicamos.

  
Son vuestros portentos tales,
Que al quererlos referir
Sería preciso concurrir
A criaturas celestiales,
A lenguas angelicales,
Que en la tierra no encontramos.
Alcanza a tus devotos
La gracia que te suplicamos.

  
Quien recuerda tu memoria,
¡Oh Tadeo esclarecido!
Aquí será protegido
Y premiado allá en la gloria.
Este triunfo, esta victoria,
Por vuestro medio esperamos.
Alcanza a tus devotos
La gracia que te suplicamos.

  
Pues que hasta el Cielo elevamos
Nuestros más sinceros votos,
Alcanza a tus devotos
La gracia que te suplicamos.
  
℣. Ruega por nosotros, bienaventurado San Judas Tadeo.
℟. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.
  
ORACIÓN
Oh Dios, que te dignaste revelarnos el conocimiento de tu Nombre por la predicación de tu esclarecido Apóstol San Judas Tadeo; concédenos que celebrando la gloria de tu ilustre discípulo, aprovechemos la gracia que nos fue anunciada por tan celoso confesor de tu nombre. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
  
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
 
DÍA SEGUNDO - 20 DE OCTUBRE
Por la señal…
Acto de contrición, y luego la oración preparatoria.
  
LECCIÓN: San Judas Tadeo fue hijo de Cleofás, hermano de San José esposo de María. Es descendiente de David por la línea de Salomón, y nuestro Señor Jesucristo por la de Natán. Resulta, por lo mismo, que San Judas Tadeo es sobrino carnal del Señor San José, y primo putativo de Jesús.
 
ORACIÓN
Oh eterno y soberano principio de las inteligencias, que te dignaste disponer que San Judas Tadeo tuviese la dicha de ser sobrino carnal del Señor San José, y primo estimativo de Jesús, permitiendo igualmente que procediese de la sangre del santo Rey David, de este justo que fue hecho a la medida de tu corazón, y del que anunciaste por la boca de tus profetas que había de nacer el Hijo de Dios y el Salvador del mundo, concededme por su poderosa intercesión, que reprimiendo mi carne, apartándome del mundo y huyendo del demonio con la oración, y la humildad, sea justo con mi prójimo, indulgente con los que me agravian, y sufrido en las adversidades, para que de este modo pueda acercarme a Ti, ser de Ti, y vivir contigo en la gloria. Amén.
 
Las demás oraciones y los Gozos se rezarán todos los días.
 
DÍA TERCERO - 21 DE OCTUBRE
Por la señal…
Acto de contrición, y luego la oración preparatoria.
  
LECCIÓN: San Judas Tadeo fue hijo por parte materna de María Cleofás, una de las tres Marías que acompañaron a Nuestro Señor Jesucristo y a María Santísima en el Calvario. Tuvo por hermanos a José, que entró en el sorteo con San Matías para el apostolado por la muerte y traición de Judas Iscariote; a Santiago el menor, a San Simón, por otro nombre Simeón, y a María Salomé, que fue otra de las tres Marías, que estuvo al pie de la cruz en la muerte del Redentor.
  
ORACIÓN
Oh Dios de infinita bondad y misericordia, que te dignaste favorecer a San Judas Tadeo, dándole por hermanos a José, Simón y Santiago, cuyos nombres y virtudes respeta y venera la Iglesia, y le favoreciste con la dicha de que estando tu Hijo Santísimo pendiente y clavado en la Cruz, lleno de amarguras y de oprobios, y negado de los hombres a quienes iba a redimir con su muerte, fuesen la madre y hermana de nuestro Santo Apóstol dos de las tres devotas y compasivas Marías que le siguieron y acompañaron fervorosas en el monte Calvario, manifestando así la predilección divina que le teníais, concededme por su poderosa intercesión que mis relaciones sean con personas de conocida piedad y que puedan alentarme con su ejemplo en el camino de la virtud y peregrinación de esta vida, que dejando la senda de los vicios dirija mis pasos hacia Ti, y que avergonzado y contrito, te ame, te siga y acompañe en la Cruz con aquel amor y firmeza que lo hicieron tus escogidos. Amén.
  
Las demás oraciones y los Gozos se rezarán todos los días.
  
DÍA CUARTO - 22 DE OCTUBRE
Por la señal…
Acto de contrición, y luego la oración preparatoria.
     
LECCIÓN: San Judas Tadeo fue tío carnal de Santiago el mayor y del Evangelista San Juan, como hijos que fueron de su hermana María Salomé. Fue sobrino de Santa Isabel y de María Santísima, primo de Jesús y del precursor San Juan Bautista.
  
ORACIÓN
Oh Padre amabilísimo de los hombres, que a cada paso te dignas manifestar tu amor a San Judas Tadeo, pues no satisfecho con que fuese deudo de las almas piadosas que acompañaron a tu Hijo Santísimo al pie de la Cruz, y de aquellas que contribuyeron a extender y confesar vuestro santo Nombre, aun todavía lo estrechas por los vínculos de la sangre con la Madre del Redentor, María Santísima, con Santa Isabel que dio a luz el precursor de Nuestro Señor Jesucristo, y que anunciaron las profecías; con Santiago, que confesó la misión divina del Salvador, con San Juan Evangelista que mereció de su Maestro que lo recomendase por hijo a la Reina de los Cielos, y con el mismo Jesús que con su muerte borró el pecado, y abrió a los hombres la puertas de la bienaventuranza que les estaban cerradas por la culpa de Adán: concededme por su poderosa intercesión que reforme de tal modo mi costumbre, que merezca tu divina gracia, que sea tal la pureza con que te reciba en la Sagrada Eucaristía, que haciéndome contigo una misma carne, viva en Vos y os acompañe eternamente. Amén.
 
Las demás oraciones y los Gozos se rezarán todos los días.
  
DÍA QUINTO - 23 DE OCTUBRE
Por la señal…
Acto de contrición, y luego la oración preparatoria.
  
LECCIÓN: San Judas Tadeo tuvo la dicha así como los demás Apóstoles de que Nuestro Señor Jesucristo le lavara los pies en la noche de la Última cena y de recibir como ellos las aguas saludables del Bautismo. Se ignora cuándo y por qué medios vino a ocupar un lugar en el apostolado; pero sí se sabe que fue un Apóstol celoso e infatigable por la propagación de la doctrina de su Maestro.
 
ORACIÓN
Oh Dios inmenso e incomprensible en vuestros juicios, que te dignaste por caminos desconocidos a los hombres, poner en el apostolado a San Judas Tadeo, permitiendo que el Unigénito del Padre, el Redentor del mundo, bajase desde la altura inmensa de su gloria, y dando un sublime ejemplo de humildad se prosternase en la víspera de su Pasión hasta el extremo de lavar los pies a nuestro Santo Apóstol, y que éste recibiese las aguas saludables del Bautismo para que renaciendo por ellas en el Espíritu Santo pudiese tener parte con Jesucristo, y entrar en el reino de los Cielos, concededme por su poderosa intercesión que reconociendo mis extravíos, me humille y me abata compungido en tu presencia, y que por caminos aunque me sean desconocidos llegue a Vos, permanezca con Vos, y obtenga para siempre vuestra gracia. Amén.
 
Las demás oraciones y los Gozos se rezarán todos los días.
  
DÍA SEXTO - 24 DE OCTUBRE
Por la señal…
Acto de contrición, y luego la oración preparatoria.
 
LECCIÓN: Después de la Última cena dijo Jesucristo a sus discípulos que se les volvería a manifestar, y San Judas Tadeo le preguntó cuál era la causa de por qué había de manifestarse solamente a sus discípulos, y no a todo el mundo. A lo que le respondió Jesús: «si alguno me ama, guardará mi palabra y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él».
 
ORACIÓN
Oh amantísimo Padre y Soberano creador de todas las cosas, que te dignaste entrar en amistosa conversación con San Judas Tadeo, e instruir y enseñar en ella a los hombres que para merecer las comunicaciones de tu favor y de tu gracia era necesaria la disposición de nuestras almas, y que ésta se conseguía guardando tu palabra expresa y clara de tus mandamientos, concededme por su poderosa intercesión, que desprendiéndome de las compañías ociosas y mundanas que me precipitan en tu enojo, trate contigo en oración, y de este modo se prepare mi alma para recibir tus íntimas, amigables y afectuosas comunicaciones, que amando a mi prójimo como a criatura salida de tus manos, que guardando fielmente tu ley santa, honrando y adorando tu ser inefable y perfecciones infinitas, vengan a mí, y residan en mí el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.
 
Las demás oraciones y los Gozos se rezarán todos los días.
  
DÍA SÉPTIMO - 25 DE OCTUBRE
Por la señal…
Acto de contrición, y luego la oración preparatoria.
  
LECCIÓN: San Judas Tadeo, como uno de los Apóstoles, tuvo la gloria de presenciar una gran parte de las acciones del Salvador, y es uno de los testigos con que se prueba la misión del Hijo de Dios. Después de la muerte de su Maestro y de su gloriosa Ascensión a los Cielos, predicó en la Judea, en la Siria, en Samaria, en la Galilea, en la Idumea y principalmente en toda la Mesopotamia, con fruto de innumerables conversiones. Los armenios le llaman su apóstol.
  
ORACIÓN
Oh Dios de consuelo y de infinita caridad, que por el grande amor y confianza que tenías a San Judas Tadeo, te dignaste elevarlo al apostolado, y le permitiste que se hallase presente en una gran parte de las acciones del Salvador, para que como testigo presencial de ellas las confirmase y predicase al mundo con su palabra y ejemplo, que para su mejor gloria y ejemplo dispusiste que nuestro santo Apóstol no tuviese otra recomendación para plantear la Fe que su natural timidez, su ignorancia profunda en las ciencias de los hombres, una extremada pobreza y una condición oscura y humilde en la estimación del siglo, no menos que una educación formada según las leyes de Moisés, concededme por su poderosa intercesión que, saliendo del estado vergonzoso de la culpa, a la que me tienen sometido mis antiguas costumbres, me haga dócil a tus llamamientos, que mis palabras y ejemplo sean tales que persuada con ellos la divinidad de la religión que revelaste, que teniendo siempre a la vista tu bondad, guarde reconocido tus santos mandamientos, para que por este medio tenga la dicha de pertenecer al número de tus escogidos. Amén.
 
Las demás oraciones y los Gozos se rezarán todos los días.
  
DÍA OCTAVO - 26 DE OCTUBRE
Por la señal…
Acto de contrición, y luego la oración preparatoria.
  
LECCIÓN: San Judas Tadeo, movido del celo por la salvación de las almas, escribió una carta para todas las iglesias del Oriente, dirigiéndose en ella con particular atención a los judíos convertidos, que habían ocupado sus principales tareas y fatigas. Enseña en ella el motivo de los extravíos, reprende los vicios y exhorta a que se trate con indulgencia a los que delinquen por flaqueza.
  
ORACIÓN
Oh Dios de eterna sabiduría, que te dignaste permitir que San Judas Tadeo escribiese una epístola dirigida a precaver a tus fieles del peligro en que se hallaban sus almas siguiendo los funestos errores que empezaban a difundirse en tu Iglesia, recordándoles en ella que no hay más poder que el tuyo, y que en tu nombre es que se ejecutan las maravillas que obraron tus Apóstoles en comprobación de la doctrina que predicaban; que dispusiste repitiera a los creyentes que el que te desconozca será encerrado, confundido y atormentado en suplicios eternos, y el que creyese en la divinidad de tu misión y obrase conforme a tus preceptos, gozaría de la vida eterna que tienes destinada para los justos: te suplico por su poderosa intercesión, que ilumines mi entendimiento y no me dejes precipitar en el abismo en que se hallan los que te desconocen, haz que edifique por la caridad, que clame y ruegue en el Espíritu Santo, que adelante en tu amor y que implore de corazón tu misericordia. Amén.
 
Las demás oraciones y los Gozos se rezarán todos los días.
  
DÍA NOVENO - 27 DE OCTUBRE
Por la señal…
Acto de contrición, y luego la oración preparatoria.
 
LECCIÓN: San Judas Tadeo fue natural de Galilea, y después de treinta años que duró su predicación, murió mártir el día 28 de Octubre en el templo del Sol y de la Luna de la ciudad de Suanir, en la Persia. Pretendían los sacerdotes de los ídolos que rindiese adoración a las falsas deidades; pero nuestro santo Apóstol manifestó grande horror a tan sacrílega petición. Enfurecidos entonces, le cortaron la cabeza, y por esto se pinta con un hacha en la mano como símbolo de su martirio.
 
ORACIÓN
Oh Dios del tiempo y de la eternidad, que te dignaste conceder a San Judas Tadeo que después de hacer contribuido a establecer vuestro culto, y de haber recorrido innumerables campos y ciudades predicando el Evangelio y de haber convertido a la religión santa de Jesucristo vuestro Hijo multitud de almas que yacían en las tinieblas de la gentilidad, le diste en premio de sus trabajos y desvelos la gloriosa corona del martirio, para que con él no sólo confirmase su predicación y diese testimonio de tu divinidad, sino que obtuviese en recompensa la bienaventuranza de que goza en el triunfante coro de los Apóstoles: concededme, por su poderosa intercesión, que saliendo de las tinieblas del pecado, siga con paso firme por las sendas de tu ley, que tolere por vuestro amor las adversidades, para que al fin de la penosa carrera de la vida, libre de remordimientos, tenga una muerte tranquila que me lleve a Ti y me haga gozar de las felicidades que a los justos tienes prometidas. Amén.
  
Las demás oraciones y los Gozos se rezarán todos los días.

El Papa Benedicto XVI nunca renunció como Vicario de Cristo y nunca celebró un Cum com Bergoglio

                             Magna est Veritas et Praevalebit Bergoglio es un IMPOSTOR no hubo sucesión apostólica. Bergoglio lleva 11 años ...