viernes, 28 de febrero de 2020

San Gabriel de la Dolorosa- Santo Patrón de la Juventud




Le piden su ayuda los jóvenes de la Acción Católica y los aspirantes al sacerdocio.
Patrono de los estudiantes, los jóvenes y los clérigos



El santo de los jóvenes, El santo de los milagros, S.S Pío XII lo bautizó como "El Santo de la Sonrisa".
Es modelo de los enfermos
Murió de tuberculosis dos días antes de cumplir los 24 años.



Fiesta: 27 de febrero
Significado del nombre Gabriel, "hombre de Dios" (asirios), "fortaleza de Dios" (en hebreo)

El bailarín que llegó a la santidad.
Nació en Asís (Italia) en 1838. Su nombre en el mundo era Francisco Possenti. Era el décimo entre 13 hermanos. Su padre trabajaba como juez de la ciudad.
A los 4 años quedó huérfano de madre. El papá, que era un excelente católico, se preocupó por darle una educación esmerada, mediante la cual logró ir dominando su carácter fuerte que era muy propenso a estallar en arranques de ira y de mal genio.
Tuvo la suerte de educarse con dos comunidades de excelentes educadores: los Hermanos Cristianos y los Padres Jesuitas; y las enseñanzas recibidas en el colegio le ayudaron mucho para resistir los ataques de sus pasiones y de la mundanalidad.

El joven era sumamente esmerado en vestirse a la última moda. Y sus facciones elegantes y su fino trato, a la vez que su rebosante alegría y la gran agilidad para bailar , lo hacían el preferido de las muchachas en las fiestas. Su lectura favorita eran las novelas, pero le sucedía como en otro tiempo a San Ignacio, que al leer novelas, en el momento sentía emoción y agrado, pero después le quedaba en el alma una profunda tristeza y un mortal hastío y abatimiento. Sus amigos lo llamaban "el enamoradizo". Pero los amores mundanos eran como un puñal forrado con miel". Dulces por fuera y dolorosos en el alma.

En una de las 40 cartas que de él se conservan, le escribe a un antiguo amigo, cuando ya se ha entrado de religioso: "Mi buen colega; si quieres mantener tu alma libre de pecado y sin la esclavitud de las pasiones y de las malas costumbres tienes que huir siempre de la lectura de novelas y del asistir a teatros donde se dan representaciones mundanas. Mucho cuidado con las reuniones donde hay licor y con las fiestas donde hay sensualidad y huye siempre de toda lectura que pueda hacer daño a tu alma. Yo creo que si yo hubiera permanecido en el mundo no habría conseguido la salvación de mi alma. ¿Dirás que me divertí bastante? Pues de todo ello no me queda sino amargura, remordimiento y temor y hastío. Perdóname si te di algún mal ejemplo y pídele a Dios que me perdone también a mí".
Al terminar su bachillerato, y cuando ya iba a empezar sus estudios universitarios, Dios lo llamó a la conversión por medio de una grave enfermedad. Lleno de susto prometió que si se curaba de aquel mal, se iría de religioso. Pero apenas estuvo bien de salud, olvidó su promesa y siguió gozando del mundo.
Un año después enferma mucho más gravemente. Una laringitis que trata de ahogarlo y que casi lo lleva al sepulcro. Lleno de fe invoca la intercesión de un santo jesuita martirizado en las misiones y promete irse de religioso, y al colocarse una reliquia de aquel mártir sobre su pecho, se queda dormido y cuando despierta está curado milagrosamente. Pero apenas se repone de su enfermedad empieza otras vez el atractivo de las fiestas y de los enamoramientos, y olvida su promesa. Es verdad que pide ser admitido como jesuita y es aceptado, pero él cree que para su vida de hombre tan mundano lo que está necesitando es una comunidad rigurosa, y deja para más tarde el entrar a una congregación de religiosos.
Estalla la peste del cólera en Italia. Miles y miles de personas van muriendo día por día. Y el día menos pensado muere la hermana que él más quiere. Considera que esto es un llamado muy serio de Dios para que se vaya de religioso. Habla con su padre, pero a éste le parece que un joven tan amigo de las fiestas mundanas se va a aburrir demasiado en un convento y que la vocación no le va a durar quizá ni siquiera unos meses.
Pero un día asiste a una procesión con la imagen de la Virgen Santísima. Nuestro joven siempre le ha tenido una gran devoción a la Madre de Dios (y probablemente esta devoción fue la que logró librarlo de las trampas del mundo) y en plena procesión levanta sus ojos hacia la imagen de la Virgen y ve que Ella lo mira fijamente con una mirada que jamás había sentido en su vida. Ante esto ya no puede resistir más. Se va a donde su padre a rogarle que lo deje irse de religioso. El buen hombre le pide el parecer al confesor de su hijo, y recibida la aprobación de este santo sacerdote, le concede el permiso de entrar a una comunidad bien rígida y rigurosa, los Padres Pasionistas.
El 10 de septiembre de 1856 entró en el noviciado pasionista de Morrovalle (Macerata) Tenía solo 18 años. Al entrar de religioso se cambia el nombre y en adelante se llamará Gabriel de la Dolorosa. Gabriel, que significa: el que lleva mensajes de Dios. Y de la Dolorosa, porque su devoción mariana más querida consiste en recordar los siete dolores o penas que sufrió la Virgen María. Desde entonces será un hombre totalmente transformado.
Gabriel había gozado siempre de muchas comodidades en la vida y le había dado gusto a sus sentidos y ahora entra a una comunidad donde se ayuna y donde la alimentación es tosca y nada variada. Los primeros meses sufre un verdadero martirio con este cambio tan brusco, pero nadie le oye jamás una queja, ni lo ve triste o disgustado.

Gabriel lo que hacía, lo hacía con toda el alma. En el mundo se había dedicado con todas sus fuerzas a las fiestas mundanas, pero ahora, entrado de religioso, se dedicó con todas las fuerzas de su personalidad a cumplir exactamente los Reglamentos de su Comunidad. Los religiosos se quedaban admirados de su gran amabilidad, de la exactitud total con la que cumplía todo lo que se le mandaba, y del fervor impresionante con el que cumplía sus prácticas de piedad.





Su vida religiosa fue breve. Apenas unos seis años. Pero en él se cumple lo que dice el Libro de la Sabiduría: "Terminó sus días en breve tiempo, pero ganó tanto premio como si hubiera vivido muchos años".

Al empezar los estudios en el seminario mayor para prepararse al sacerdocio, leyó unas palabras que le sirvieron como de lema para todos sus estudios, y fueron escritas por un sabio de su comunidad, San Vicente María Strambi. Son las siguientes: "Los que se preparan para ser predicadores o catequistas, piensen mientras estudian, que una inmensa cantidad de pobres pecadores les suplica diciendo: por favor: prepárense bien, para que logren llevarnos a nosotros a la eterna salvación". Este consejo tan provechoso lo incitó a dedicarse a los estudios religiosos con todo el entusiasmo de su espíritu.
Cuando ya Gabriel está bastante cerca de llegar al sacerdocio le llega la terrible enfermedad de la tuberculosis. Tiene que recluirse en la enfermería, y allí acepta con toda alegría y gran paciencia lo que Dios ha permitido que le suceda. De vómito de sangre en vómito de sangre, de ahogo en ahogo, vive todo un año repitiendo de vez en cuando lo que Jesús decía en el Huerto de los Olivos: "Padre, si no es posible que pase de mí este cáliz de amargura, que se cumpla en mí tu santa voluntad".

La Comunidad de los Pasionistas tiene como principal devoción el meditar en la Santísima Pasión de Jesús. Y al pensar y repensar en lo que Cristo sufrió en la Agonía del Huerto, y en la Flagelación y coronación de espinas, y en la Subida al Calvario con la cruz a cuestas y en las horas de mortal agonía que el Señor padeció en la Cruz, sentía Gabriel tan grande aprecio por los sufrimientos que nos vuelven muy semejantes a Jesús sufriente, que lo soportaba todo con un valor y una tranquilidad impresionantes.


Pero había otra gran ayuda que lo llenaba de valor y esperanza, y era su fervorosa devoción a la Madre de Dios. Su libro mariano preferido era "Las Glorias de María", escrito por San Alfonso... La devoción a la Sma. Virgen llevó a Gabriel a grados altísimos de santidad.
A un religioso le aconsejaba: "No hay que fijar la mirada en rostros hermosos, porque esto enciende mucho las pasiones". A otro le decía: "Lo que más me ayuda a vivir con el alma en paz es pensar en la presencia de Dios, el recordar que los ojos de Dios siempre me están mirando y sus oídos me están oyendo a toda hora y que el Señor pagará todo lo que se hace por él, aunque sea regalar a otro un vaso de agua".
Y el 27 de febrero de 1862, después de recibir los santos sacramentos y de haber pedido perdón a todos por cualquier mal ejemplo que les hubiera podido dar, cruzó sus manos sobre el pecho y quedó como si estuviera plácidamente dormido. Su alma había volado a la eternidad a recibir de Dios el premio de sus buenas obras y de sus sacrificios. Apenas iba a cumplir los 24 años.
Poco después empezaron a conseguirse milagros por su intercesión y en 1926 el Sumo Pontífice lo declaró santo, y lo nombró Patrono de los Jóvenes laicos que se dedican al apostolado.

Santa Gemma al conocer la vida de San Gabriel de la Dolorosa quedó profundamente vinculada espiritualmente con él y este se le apareció en muchas ocasiones para guiarla y consolarla. La santa laica pasionista Gema Galgani le atribuyó su curación de una grave meningitis.


San Gabriel de la Dolorosa: pídele a la Sma. Virgen por tantos jóvenes tan llenos de vitalidad y de entusiasmo para que encaucen las enormes fuerzas de su alma, no a dejarlas perderse en goces mundanos, sino a ganarse un gran premio en el cielo dedicándose a salvar su propia alma y la de muchos más.


ORACIÓN
¡Oh bienaventurado Gabriel de la Dolorosa, que, por vuestra afectuosísima devoción a la ínclita Virgen afligida al pie de la cruz, llegasteis a ser espejo de inocencia, modelo de santidad y taumaturgo del presente siglo por los estupendos milagros obrados en derredor de vuestro sepulcro! Dignaos mirarme benévolo desde el cielo y recabadme de la munificencia divina las fuerzas que he menester para precaver los peligros del alma, despreciar los halagos del mundo, neutralizar las asechanzas del demonio, triunfar de mis pasiones, llorar contrito mis culpas, secundar con generosidad de corazón las divinas inspiraciones y labrar mi santificación mediante un afecto sincero a la Pasión de Jesús y a los Dolores de mi Madre Maria, a fin de que, siguiendo vuestros ejemplos aquí en la tierra, pueda igualmente haceros compañia en el cielo por toda la eternidad. Así sea

ORACIÓN COLECTA
Oh Dios, que por tu admirable designio de amor llamaste a san Gabriel de la Dolorosa a vivir el misterio de la cruz unido a María,la madre de Jesús; guíanos hacia tu Hijo  crucificado,para que, participando en su pasión y muerte alcancemos la gloria de la resurrección.

Por nuestro Señor Jesucristo. AMÉN

ORACIÓN:
Escucha, Señor, nuestras súplicas; y así como nos concedes admirar en san Gabriel de la Dolorosa las maravillas de tu amor, concédenos imitarlo con generosidad, para ser también nosotros, como él, destinatarios de tu misericordia y de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor.

ჱ ܓ ‟voy a intentar día a día  romper mi voluntad en pedazos. Yo quiero hacer la  Santa Voluntad  de Dios  no la mía!”

 - San Gabriel de la Dolorosa
Mediante la educación esmerada de su Papa  San Gabriel logró ir dominando su carácter fuerte que era muy propenso a estallar en arranques de ira y de mal genio.
Las enseñanzas recibidas en el colegio le ayudaron mucho para resistir los ataques de sus pasiones y de la mundanalidad.


La oración de los esposos  a San Gabriel Possenti.
Traducida por Angie W.
Fuente: SanGabriele.org

Querido San Gabriel, te pedimos que recibas bajo tu protección a nuestra familia y nos ayudes a construirla de acuerdo con el plan de Dios, haz que la gracia del sacramento del matrimonio que hemos recibido fortalezca nuestro amor todos los días y que podamos ser testigo de Dios en la comunidad humana. Ilumina nuestra conciencia en el ejercicio de la responsabilidad de la paternidad y la maternidad . Que nuestro amor este al servicio de la vida en la recepción de los niños y la disponibilidad de ayudar a los débiles, los pobres y la sociedad abandonada.
Concédenos la gracia de ser capaces de comunicarnos con nuestros hijos y entender sus problemas. Ayúdanos a comprender que los hijos no son nuestros, sino que pertenecen a Dios, que los ha llamado a la vida a través de nosotros, y le da a cada uno de ellos una misión que debemos servir. Que nuestra familia tenga paz, armonía, amor, buena salud, y que las pruebas de la vida no nos desalienten, sino que nos sirvan para  entender mejor el amor de Dios y su voluntad sobre nosotros. Amén.

"Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios" (Mateo 5:8).
~ Santa Gema Galgani y San Gabriel de la Dolorosa, rueguen por nosotros!
"Pasó el tiempo de las persecuciones, pero también nuestra paz tiene un martirio propio: no doblamos ya nuestro cuello bajo el hierro, pero con la espada del espíritu nosotros mismos matamos los deseos carnales de nuestra alma". San Gregorio Magno

Oraciones a San Gabriel de la Dolorosa.
"Hombre fuerte y valiente de Dios"

Traducida por Angie W.
para uso interno del portal Manantial Divino

San Gabriel de la Dolorosa es el patrón de la juventud católica.

Pidamos a San Gabriel custodie y defienda la virtud de la pureza de nuestros jóvenes, y que los libre de todos los peligros del cuerpo o del alma.
Santa Gema mas de una vez pudo confirmar que ante la presencia poderosa de San Gabriel de la Dolorosa  huía el demonio; cuando la quería atacar, también se le conoce a San Gabriel  por su gran valentía en defender a otros, se cuenta que desarmó a un bandido que estaban atacando a una joven, enfrentándose sin miedo a la banda los hizo huir del pueblo a punta de pistola; utilizando las habilidades de cacería que había aprendido cuando era niño, también se defendió a el mismo ; se sabe que San Gabriel en una ocasión rechazó las proposiciones deshonestas de un libertino, amenazándole con una navaja.

Oh  San Gabriel joven angelical , que con tu amor ardiente  a Jesús Crucificado y tu compasión por Nuestra Señora de los Dolores, fuiste en la tierra un espejo de la inocencia y un ejemplo de toda virtud, nos dirigimos a ti lleno de confianza para implorar tu ayuda. ¡Oh! Cuántas aflicciones y cosas malas. Oh cuántos peligros, asaltan a nuestros jóvenes por todas partes, tratando de hacerles perder la fe. Tú, que siempre viviste una vida de fe, que entre las tentaciones del mundo conservaste la pureza y la virginidad, vuelve tus ojos a nosotros y danos una mirada compasiva y piadosa! Ayúdanos a tener la gracia de perseverar en la fe, nosotros que invocamos tu nombre, no podemos dudar de la eficacia de su patrocinio! En plena confianza  con nuestra esperanza puesta en ti, te suplicamos, oh dulce Santo, Obtennos esta gracia particular para la mayor gloria de Dios y para el bien de las almas (mencionar el pedido).
Por último, Obtennos de Jesucristo Crucificado, a través de María, Nuestra Señora de los Dolores, conformidad a la voluntad de Dios y la paz para que siempre pueda vivir la vida cristiana, a través de todas las etapas de la vida presente, para que podamos ser un día feliz contigo en la presencia de nuestro Padre Celestial. Amén.

Mensaje de santidad de San Gabriel de la Dolorosa
Fuente: Web Ángeles y Santos
La vida de San Gabriel de la Dolorosa nos muestra lo que es el hombre antes y después de la gracia, antes y después de conocer y amar a Jesucristo: antes de Cristo y su gracia, el hombre se pierde en los vanos atractivos del mundo, que pasan como un soplo, como dice el salmo, porque la belleza humana se marchita; después de Cristo, el alma se enciende en el fuego del Amor divino, no para rechazar o despreciar lo humano, sino para elevar todo lo bueno y noble que hay en lo humano, y sublimarlo en el Amor de Dios.
Que el hombre en general, y el joven en particular, no deban asistir a lugares mundanos, no significa que el cristianismo es algo “triste” o que se opone a la felicidad del ser humano. Todo lo contrario, el cristianismo desea la máxima felicidad para el hombre, pero es máxima felicidad está solo en Cristo y no en el mundo. Los atractivos del mundo, con su sensualidad y su falso brillo, son equiparables a lo que es el anzuelo con la carnada para el pez: vistos desde afuera, los placeres de la carne parecen apetitosos y saludables, pero una vez que se los atrapa, le sucede al alma lo que al pez que muerde el anzuelo: siente dolor y es causa de muerte, porque al igual que el pez, que muere al ser sacado del agua por medio del anzuelo, el alma igualmente muere a la vida gracia, al cometer el pecado mortal.
Pero al alma le sucede algo peor que al pez, porque mientras este pierde solo su vida animal, el alma pierde la vida de la gracia, y si muere así, se condena irremediablemente, al caer en la trampa del demonio, que obra de esta manera, según una revelación de Jesús a Santa Brígida: “El demonio, pues, enciende el fuego en los corazones de sus amigos que viven en los placeres, y aunque la conciencia de estos les dice ser contra Dios, no obstante, desean tanto satisfacer sus deleites, que sin hacer caso pecan contra Dios; y por esto, es derecho del demonio encenderles y aumentarles el fuego de los suplicios en el infierno tantas veces, cuantas con su perverso deleite los llenó de él en el mundo”
San Gabriel de la Dolorosa nos muestra entonces la trampa que consiste el mundo con sus atractivos, al mismo tiempo que nos muestra que la verdadera felicidad, la que hace felices en esta vida y en la otra, está en la unión con Cristo en su Pasión y con María en su Dolor: esto es causa de felicidad porque en la participación a la Pasión de Cristo el alma se une al Hombre-Dios y a su Madre, y de ellos recibe en esta vida la luz, la gracia, el amor, la paz y la felicidad de Dios, y en la otra vida, recibe la felicidad eterna, la contemplación cara a cara de Dios Uno y Trino.
El mensaje que deja San Gabriel de la Dolorosa, a los jóvenes y a los no tan jóvenes, es que el mundo con sus seducciones pasa pronto y solo deja un sabor amargo en el alma, mientras que la vida vivida en la gracia de Cristo, en la austeridad y en la oración, en los sacramentos y en la caridad para con el más necesitado, nos conceden en anticipo, ya en esta tierra, los goces eternos del cielo.

Creo, oh María,
Autor: Gabriel de la Dolorosa
Traducida por Angie W.

Creo, oh María,  que eres la madre de todos los hombres.
Yo creo que tú eres nuestra vida y, después de Dios, el único refugio de los pecadores.
Creo que eres la fuerza de los cristianos, y su ayuda, especialmente a la hora de la muerte, que después de ti, yo  no me perderé, que rogándote, no me abandonarás, que a tu lado no voy a caer .
Creo que está siempre dispuesta a ayudar a los que te invocan, que asistes a todos aquellos que piden tu auxilio, y que estás dispuesta a hacernos más bien  que lo que nosotros podamos desear, que aun cuando no te lo pedimos , tu te apresuran a asistirnos.
Creo que en tu nombre se encuentra una dulzura como  la experimentada por San Bernardo con el nombre de Jesús ----- que es alegría para el corazón, miel para la boca y  música para los oídos y que después de el nombre de Jesús, no hay ningún nombre a través del cual los fieles reciben tanta gracia, tanta esperanza y tanta consolación.
Creo que tu eres co-redentora con Cristo para nuestra salvación, que todas las gracias que dispensa Dios pasan a través de tus manos, y que nadie va a entrar en el Cielo, sino por ti, que eres justamente llamada la "Puerta del Cielo."
Creo que la verdadera devoción a ti es un signo  seguro de la salvación eterna.
Creo que eres superior a todos los santos y ángeles, y que sólo Dios te supera.
Creo que Dios  te ha dado  el mayor grado posible, de todas las gracias, especiales y generales, con el que puede favorecer a sus criaturas.
Creo que tu belleza y la excelencia es mayor que la de todos los ángeles y los hombres.
Creo que  tu cumpliste a la perfección el precepto: "Amarás al Señor tu Dios" y que los serafines del cielo puede aprender de tu corazón a amar a Dios.
Creo que si todo el amor que todas las madres le tienen a sus hijos, todo el amor que todos los maridos y las esposas se tienen el uno al otro, todo el amor  que todos los ángeles y los santos tienen para los que se dediquen a ellos, estubieran unidos en uno, no sería igual al amor que tu tiene por una sola alma.

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