Tú que eres todo amor, todo pureza y santidad, vence por mí y en mí cualquier tentación a la que me encuentre sometido en el día de hoy.
Líbrame de los lazos que me tienda el enemigo y dame fortaleza para huir de las ocasiones de pecar, para evitar todo el mal que prohíbes, para practicar todo el bien que esperas de mí y para sufrir con paciencia todas las penas que permitas, que pase durante este día.
Tú sabes que sin Ti no puedo nada, ayúdame con el auxilio de tu gracia, para que sirviéndote con fidelidad en esta vida, merezca gozarte después de mi muerte, por toda la eternidad.
Jesús, manso y humilde de Corazón, haz mi corazón semejante al Tuyo.
(www.devociones.org)
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