Santísima Trinidad, Divinidad indivisible, Padre, Hijo y Espíritu Santo, nuestro primer comienzo y nuestro último fin, ya que nos has hecho según Tu propia imagen y semejanza, concédenos que todos los pensamientos de nuestras mentes, todas las palabras de nuestras lenguas, todos los afectos de nuestros corazones y todas nuestras acciones pueden estar siempre conformes a Tu santísima voluntad, hasta el fin de que después de haberte visto aquí abajo en las apariencias y por medio de la fe, podamos finalmente llegar a contemplarte cara a cara en la posesión perfecta de Ti para siempre en el paraíso. Amén.
(Indulgencia de 3 años)
(Indulgencia de 3 años)
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