Recuerda, oh gloriosa y amable Santa Ana, que nunca se ha oído decir que ninguno de cuantos se acogieron a tu protección o han implorado tu auxilio y buscado tu intercesión haya sido desamparado.
Inspirado por esta confianza, he aquí, me arrojo a tus pies y te suplico, por tu gran prerrogativa de ser la Madre de la Reina del Cielo y la Abuela de Jesús, ven en mi ayuda con tu poderosa intercesión, y obtén de Dios Todopoderoso a través de la Bendita Virgen María, este favor especial que te ruego _________
No dejes de interceder por mí hasta que, a través de la Divina Misericordia, mi solicitud pueda ser concedida. Por encima de todo, obtén para mí la gracia de un día contemplar a mi Dios cara a cara y contigo y María y todos los santos alabarlo y bendecirlo por toda la eternidad. Amén
"Amable Santa Ana, ruega por nosotros".
Con aprobación eclesiástica.
Con aprobación eclesiástica.
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