San Nicolás, a quien he elegido como mi patrono especial, ruega por mí que yo también, algún día podría glorificar a la Santísima Trinidad en el cielo. Obtén para mí una fe viva, que pueda tratar a todas las personas, cosas y acontecimientos a la luz de Dios todopoderoso. Ora, para que pueda ser generosos para hacer sacrificios de las cosas temporales para promover mis intereses eternos, como tan sabiamente tu lo hiciste.
Enciéndeme con el fuego del amor por Jesús, para que yo tenga sed de sus sacramentos y graba en mi el celo por la propagación de su reino. Por tu poderosa intercesión, ayúdame en el desempeño de mis deberes para con Dios, conmigo mismo y con todo el mundo.
Gana para mí la virtud de la pureza y una gran confianza en la Santísima Virgen. Protégeme en este día, y todos los días de mi vida. Libérame de los pecados mortales. Obtén para mí la gracia de una muerte feliz. Amén.
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