Adora al Padre eterno con Pater, Ave y Gloria; Entonces di: Te adoro, Padre Eterno, mi Señor y mi Dios, en unión con toda la hueste celestial, dándote infinitas gracias por cada gracia y favor que has concedido a María, Santísima Virgen, tu amada hija, y , sobre todo, por esa altura de poder a la que la exaltaste con su Asunción al cielo.
Adora al Hijo Eterno con Pater, Ave y Gloria; Entonces digo yo también te adoro, Hijo Eterno, Dios mío, Señor mío y Redentor mío, en unión con toda la hueste celestial, dándote infinitas gracias por cada gracia y favor que has concedido a María, Virgen bendita, Tu bien Madre amada y, sobre todo, por el don de la más alta sabiduría con que la glorificaste en su Asunción al cielo.
Adora al Espíritu Santo con Pater, Ave y Gloria; Entonces di: Yo también te adoro, oh Espíritu Santo, el Paráclito, mi Dios y mi Señor, y en unión con todas las huestes celestiales te doy infinitas gracias por cada gracia y favor que has concedido a la Santísima Virgen, tu Santísima Virgen. Esposa amante y, sobre todo, por la caridad más perfecta y divina con que enardeciste su santísimo y purísimo corazón en el acto de su gloriosa Asunción al cielo. En nombre de tu casto Esposo, te suplico humildemente que me concedas la gracia de la remisión de todos mis pecados más graves que he cometido desde el primer momento en que pude pecar hasta el día de hoy, por lo cual me entristece sobremanera, con la firme intención de morir antes que volver a ofender a Tu Divina Majestad; y confiando en los altos méritos y la protección más poderosa de este Tu más amado Esposo, te ruego que me concedas el regalo más precioso de Tu gracia y Amor Divino, otorgándome esas luces y ayudas especiales por las cuales Tu eterna providencia ha determinado querrás mi salvación, y me traerás a ti.
Luego di tres veces:
Santa María, todos los santos y santas de Dios, interced por nosotros ante nuestro Señor, para que merezcamos su ayuda y seamos salvos. Amén.
A la Santísima Virgen:
Te reconozco y te venero, Santísima Virgen, Reina del Cielo, Señora y Señora del Universo, como Hija del Padre Eterno, Madre de su Hijo amado y Esposa muy amorosa del Espíritu Santo. Arrodillándome a los pies de tu gran majestad, con toda humildad te ruego, por esa caridad divina con la que tan generosamente fuiste enriquecida en tu Asunción al cielo, me concedas favor y piedad, poniéndome bajo tu más segura y fiel protección, y recibiéndome en el número de tus siervos felices y altamente favorecidos. Dígnate, Madre y Señora más tierna, aceptar mi miserable corazón, memoria, voluntad, poderes y sentidos, internos y externos; gobierna a todos conforme al beneplácito de tu Divino Hijo, ya que con cada uno de mis pensamientos y acciones pretendo darte gloria y honor. Y, por esa sabiduría con la que tu amado Hijo te glorificó, te ruego y te suplico que me obtengas luz para que pueda conocerme claramente a mí mismo y a mi propia nada, y en particular mis pecados, para que así pueda odiarlos y despreciarlos y que pueda discernir las trampas del enemigo infernal, y todos sus modos de ataque, sean abiertos u ocultos. Sobre todo, Madre tierna, te ruego la gracia de N._________
Di tres veces:
Virgen de todas las vírgenes,
A tu refugio llévanos,
El más gentil de los gentiles,
Castos y mansos haznos.
Oremos.
Perdona, oh Señor, perdona, te suplicamos, los pecados de tus siervos; para que nosotros, que por nuestras propias acciones no sabemos agradarte, seamos salvados por la intercesión de la Madre de tu Hijo, nuestro Señor. Por el mismo Cristo nuestro Señor. Amén. Que el todopoderoso y misericordioso Señor, Padre, Hijo y Espíritu Santo nos bendiga y nos preserve. Amén.
(Indulgencia de 300 días)
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