San Rafael, Ángel Patrón de la Juventud, te ruego que supliques a Dios por mí, para que siempre mantenga mi vida pura y santa. Así como protegiste al joven Tobías de los peligros del alma y del cuerpo en su viaje a una tierra extraña, protégeme de los muchos peligros que afronto en mi vida. Fortaleceme en mi lucha contra las tentaciones del mundo, la carne y el diablo.
Te ruego, glorioso San Rafael, que seas mi Ángel Patrón de la Pureza. Por tu gran amor por Jesús, el Rey de los Ángeles y por María, la Reina de los Ángeles, dígnate guardarme de toda inmundicia y lograr que mi mente esté sin mancha, mi corazón puro y mi cuerpo casto. Que reciba frecuentemente el “Pan de Ángeles” en la Sagrada Comunión, que sea un remedio eficaz y una protección contra las tentaciones que me rodean, y selle mi corazón para siempre contra las sugerencias de los placeres pecaminosos. Ayúdame a servir siempre a Jesús y María en perfecta castidad, para que algún día pueda merecer pertenecer a aquellos de quienes Jesús habló cuando dijo: "Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios". Amén.
Catholic Prayers
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