Vida. — Patricio, llamado apóstol de Irlanda, nació en Gran Bretaña. Libertado del cautiverio en que había sido puesto en su infancia, llegó a ordenarse de sacerdote, viajó por ‘todas partes, abrazó la vida monástica en Lérins y en Tours y, finalmente, partió a evangelizar Irlanda. San Celestino le consagró obispo en 413 para la realización de esta empresa. Sus trabajos y fatigas quedaron recompensados con la conversión de la isla, llamada posteriormente Isla de los Santos. Austero y piadoso a la vez, estaba en continua oración. Fué adornado con el don de profecía y de milagros, murió hacia el año 461 y fué sepultado en Downe.
LA FE. — Tu vida, oh Patricio, transcurrió toda entre los trabajos del Apostolado. ¡Qué hermosa ha sido la recolección del fruto sembrado por tus manos y regado con tus sudores! Pero no hiciste caso de las fatigas porque se trataba de procurar a los hombres el don de la fe; y el pueblo a quien la confiaste la ha custodiado con una fidelidad que te honrará eternamente. Ruega por nosotros para que esta fe sin la cual es imposible agradar a Dios 1 tome posesión de nuestro espíritu y de nuestros corazones. El justo vive de la fe 2 nos dice el profeta; y estos días ella nos manifiesta la justicia y la misericordia del Señor para llamarnos a penitencia y a ofrecer a Dios el homenaje del arrepentimiento. La Iglesia nos impone estos deberes que aterran a nuestra debilidad porque la fe se ha debilitado. Porque si la fe estuviese arraigada en nuestros pensamientos seríamos amantes del sacrificio. Tu vida tan pura y tan llena de virtudes no se olvidó de la mortificación; ayúdanos pues a seguir tus pasos.
SÚPLICA. —• Ruega por la Isla Santa, oh Patricio, tú que eres su padre y a ella honra con ferviente culto. Santo Pontífice, intercede también por aquella que te sirvió de cuna; adelanta con tu mediación el día de su retorno a la unidad católica. Acuérdate, en fin, de toda la Iglesia; tus súplicas son las de un apóstol; por eso serán bien recibidas ante el trono de quien te envió.
Fuente: Año Litúrgico de Dom Próspero Guéranguer
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.