Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro.
†En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración de introducción
¡Oh glorioso San Benito, modelo sublime de todas las virtudes, vaso puro de la gracia de Dios! Mírame, humildemente arrodillado a tus pies.
Imploro a tu amoroso corazón que ore por mí ante el trono de Dios.
A ti recurro en todos los peligros que me rodean a diario.
Protégeme contra mis enemigos, inspírame a imitarte en todas las cosas.
Que tu bendición me acompañe siempre, para que pueda evitar todo lo que Dios prohíbe y evitar las ocasiones de pecado.
Consígueme bondadosamente de Dios aquellos favores y gracias que tanto necesito, para superar las pruebas, miserias y aflicciones de la vida.
Tu corazón siempre estuvo tan lleno de amor, compasión y misericordia hacia aquellos que estaban afligidos o atribulados de alguna manera.
Nunca despediste sin consuelo y ayuda a nadie que recurriera a ti.
Invoco, por tanto, tu poderosa intercesión, confiado en la esperanza de que escucharás mis oraciones y me obtendrás la gracia y el favor que con tanto fervor imploro y que pido para la mayor gloria de Dios y el bien de mi alma (menciona aquí tus intenciones) y que os encomiendo a fin de que tengan una feliz solución. Amén.
Oración final
Ayúdame, oh gran San Benito, a vivir y morir como un hijo fiel de Dios, a ser siempre sumiso a su santa voluntad y a alcanzar la felicidad eterna del cielo. Amén.
† En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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