Jesús dice a Sta. Brígida: “Tadeo ha vencido al demonio con su pureza de corazón” (Rev. Ext. V. cap. 34).
¡Oh, dulcísimo Jesús! Por el amor con el que conservaste puro y casto el corazón de tu Apóstol Tadeo y le honraste con los dones apostólicos para hacerlo una digna morada de Ti, libérame, por sus méritos y su intercesión de esta tentación. Amén.
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