Porque está escrito en Isaías 54:13
Que todos nuestros hijos serán instruidos por el Señor, y grande será el bienestar y la dicha de nuestros hijos.
Así lo profetizó Isaías 29:24
Y los que se habían descarriado, y vivían en el error conocerán la verdad. Y hasta los más testarudos y rebeldes aprenderán la ley del Señor, y aceptarán la instrucción que viene de Dios.
Dios nos ha prometido el Espíritu Santo para nosotros, y para nuestros hijos. Así lo declaró el Profeta Joel 2:28. Su promesa está escrita y confirmada en los Hechos de los Apóstoles 2:39
Pues Dios nos ha prometido por boca del profeta Isaías 65:23
Que no trabajaremos en vano, ni tendremos hijos que nos conturben; porque nosotros y nuestra descendencia somos el linaje bendito del Señor.
Acto de Consagración al Espiritu Santo, Adaptado para Uso Interno por el Blog: Bajo el Patrocinio de San José.
De rodillas ante la gran multitud de testigos celestiales, te ofrezco a ti Eterno Espíritu de Dios a mi hijo.
Séllalo para que Adore el resplandor de tu pureza, la absoluta perfección de tu justicia y el poder de tu amor.
Se Tú la fuerza y la luz de su alma.
Para que en ti viva, se mueva y exista. Deseo que mi hijo nunca sea infiel a Vuestra Gracia para que nunca te entristezca.
Te pido que fortalezcas a mi hijo con tus dones y frutos, para que evite siempre el más pequeño de los pecados, y nunca te ofenda.
Protege misericordiosamente cada uno de sus pensamientos, y concédele que siempre pueda contemplar Tu luz, escuchar Tu voz y seguir Tus inspiraciones.
Acógelo, te lo consagro y te pido tu misericordia para que lo protejas siempre, y en los momentos de prueba dirígelo, y asístelo para que no se extravié. Instrúyelo, fortalécelo, úngelo y santifícalo para que siempre haga tu Voluntad.
Con el crucifijo en mis manos, y empuñando los pies traspasados de Jesús, contemplando Sus Cinco Llagas, confiando en Su Preciosa Sangre, y adorando Su Costado abierto y Su Corazón herido, te suplico, adorable Espíritu, ayuda a mi hijo en los momentos de debilidad; hazlo dócil a tus santas inspiraciones, mantenlo en tu gracia. Sé su director, su luz, su guía, su fortaleza para que nunca peque contra ti.
Dale la gracia, oh Espíritu Santo, Espíritu del Padre y del Hijo,
para que pueda decirte siempre y en todo lugar: «Habla, Señor, que tu siervo escucha». Amén.
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