Inocentísimo Luis, que por especial gracia de Dios y con el auxilio de la Inmaculada Virgen Maria estuviste siempre libre, no sólo de toda culpa grave, sino aún de las tentaciones contra la pureza, humildísimamente te ruego que me alcances del Purísimo Corazón de Jesús, que todo lo padeció menos ser calumniado contra esta virtud, y de su excelsa Madre, la Virgen Purísima e Inmaculada, la gracia de resistir siempre al punto cualquier pensamiento impuro, Y de morir mil veces antes que manchar mi alma con un pecado grave. Amén.
Patrón de la juventud cristiana, protector de la castidad y de los estudiantes, patrón contra la peste.
Murió a la edad de 23 años.
El Papa Benedicto XIII lo nombró protector de los jóvenes estudiantes.
El papa Pío XI lo proclamó patrón de la juventud cristiana.
El papa Pío XI lo proclamó patrón de la juventud cristiana.
San Luis Gonzaga tuvo que hacer muchos sacrificios para poder mantenerse siempre puro, y por eso la Santa Iglesia Católica lo ha nombrado Patrono de los Jóvenes que quieren conservar la santa pureza. El repetía la frase de San Pablo: "Domino mi cuerpo y lo reduzco a servidumbre, no sea que enseñando a otros a salvarse, me condene yo mismo".
Su director espiritual fue el gran sabio jesuita San Roberto Belarmino, el cual le aconsejó tres medios para llegar a ser santo: 1º. Frecuente confesión y comunión. 2º. Mucha devoción a la Santísima Virgen. 3ro. Leer las vidas de Santos.
Cuando iba a hacer o decir algo importante se preguntaba: "¿De qué sirve esto para la eternidad?" y si no le servía para la eternidad, ni lo hacía ni lo decía.
En 1581 el joven Luis Gonzaga, que era seminarista y se preparaba para ser sacerdote, se dedicó a cuidar a los enfermos de la peste de tifo negro. Se encontró en la calle a un enfermo gravísimo. Se lo echó al hombro y lo llevó al hospital para que lo atendieran. Pero se le contagió el tifo y Luis murió el 21 de junio de 1591, a la edad de sólo 23 años. Murió mirando el crucifijo y diciendo "Que alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor".
San Luis fue avisado en sueños que moriría el viernes de la semana siguiente al Corpus, y en ese día murió. Ese viernes corresponde a la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.
La oración que la Iglesia le dirige a Dios en la fiesta de este santo le dice: "Señor: ya que no pudimos imitar a San Luis en la inocencia, que por lo menos lo logremos imitar en la penitencia. Amén".
La mamá logró asistir en 1621 a la beatificación de su hijo.
Santa Magdalena de Pazzi vio en un éxtasis o visión a San Luis en el cielo, y decía: "Yo nunca me había imaginado que Luis Gonzaga tuviera un grado tan alto de gloria en el paraíso".
Después de muerto se apareció a un jesuita enfermo, y lo curó y le recomendó que no se cansara nunca de propagar la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Su confesor San Roberto, que lo acompañó en la hora de la muerte, dice que Luis Gonzaga murió sin haber cometido ni un sólo pecado mortal en su vida.
San Luis Gonzaga santificó a muchos con sus ejemplos , edificó a muchos con sus discursos , separó a muchos jóvenes del vicio y muchos se vieron atraídos por la virtud por su sola presencia. Don Bosco lo propuso de ejemplo para los jóvenes salesianos para conservar intacta la virtud de la Santa Pureza.
Su ejemplo nos invita a vivir siendo puros ya que la misma Biblia nos dice que solo los puros verán a Dios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.