martes, 13 de junio de 2023

Sermón de San Antonio de Padua contra la fornicación, la homosexualidad, el adulterio y el incesto


San Antonio de Padua, Confesor y Doctor de la Iglesia


Y observa que de este estiércol de la tierra nacen cuatro gusanos: la fornicación, el adulterio, el incesto, el pecado contra natura”.

Todos los que se manchan con estos pecados son camino pisoteado por los demonios y sector de las inmundicias. Y por esto la semilla de la palabra divina en ellos se pierde; y lo que fuere sembrado, lo arrebata el diablo”.





(Un sermón de San Antonio de Padua contra el lujurioso: 

Y mientras sembraba, parte cayó al borde del camino.)


6.‑ Pero no todos creen “ni todos obedecen al Evangelio” (Romanos 10, 16); por eso continúa: “Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó al borde del camino y fue pisoteada, y las aves del cielo se la comieron” (San Lucas 8, 5). 

El primer sector del arca estaba reservado a la recolección de los excrementos. Entonces el camino pisoteado y el sector de los excrementos son figuras de los lujuriosos. 

Dice Salomón en el Eclesiástico: “La mujer impúdica es como suciedad de la calle” (9, 10), E Isaías clama contra los lujuriosos: “Hiciste de tu cuerpo como tierra y camino para los viandantes” (51, 23), es decir, para los demonios que, mientras pasan, pisotean la semilla para que no germine. 

Y de nuevo dice Isaías: “Con los pies será pisoteada la corona de soberbia de los borrachos de Efraím” (28, 3). Efraím se interpreta ‘fructífero’, e indica la abundancia de las cosas temporales. Los borrachos son los lujuriosos, embriagados con el cáliz de oro de Babilonia, es decir, con la abundancia material. La corona de soberbia en la cabeza es un orgulloso pensamiento en una mente corrupta. Este pensamiento es pisoteado por los pies de los demonios, cuando de pensamiento de mente corrupta llega a la embriaguez de la lujuria; y de esa manera, en tierra maldita, la semilla del Señor no puede germinar.

Los mismos demonios son llamados ‘aves’, a motivo de la soberbia, ‘del cielo’, o sea, del aire en el cual habitan. Ellos arrebatan la semilla del corazón del lujurioso y la devoran, para que no fructifique. Dice el Profeta Oseas: ‘Los extranjeros’, o sea, los demonios, ‘devoraron su fuerza’(7, g), o sea, la fuerza de la divina palabra. Y observa que no dice ‘por el camino’, sino que ‘al borde del camino’ cayó la semilla, porque el lujurioso no acoge la palabra dentro del oído del corazón, sino como un sonido que roza superficialmente el oído del cuerpo.           

Los lujuriosos son el sector de los desechos, que “se pudrieron como jumentos en su bosta” (San Juan 1, 17). De ellos dice el Salmo: “Ellos perecieron en Endor”, que se interpreta “fuego de la generación”, o sea, en el ardor de la lujuria, “llegaron a ser como el estiércol de la tierra” (Salmos 82, 11). Y observa que de este estiércol de la tierra nacen cuatro gusanos: la fornicación, el adulterio, el incesto, el pecado contra natura.

 Todos los que se manchan con estos pecados son camino pisoteado por los demonios y sector de las inmundicias. Y por esto la semilla de la palabra divina en ellos se pierde; y lo que fuere sembrado, lo arrebata el diablo.

7.‑ Sigue: “Parte de la semilla cayó sobre la piedra y, después que brotó, se secó por falta de humedad” (San Lucas 8, 6). El segundo sector en el arca de Noé fue la despensa de las provisiones. La piedra y la despensa son figuras de los falsos religiosos: piedra, porque se glorían de la sublimidad de su vida religiosa; y despensa, porque venden las obras de su vida por el dinero de la alabanza humana.






San Antonio de Padua nos enseña que debemos huir de los falsos pastores que secundan los vicios



Contra los malos sacerdotes que pierden a las almas San Antonio de Padua dice:


A Simón, como a todo obispo, se dice: “Navega mar adentro”; y después, en seguida se les dice a sus sufragáneos y a sus colaboradores: “Echen las redes para la pesca”. Si la barca de la Iglesia no es guiada por el prelado mar adentro”, o sea, a las alturas de la santidad, los sacerdotes no echan las redes para la pesca, sino que desvían a las víctimas hacia lo profundo.

Se lee en Oseas.‑ “Escuchen esto, oh sacerdotes; contra ustedes se hace el juicio, porque llegaron a ser un lazo, en lugar de vigilar, y como una red tendida sobre el Tabor. E hicieron caer a las víctimas en lo profundo” (5, 1‑2). Presta atención a estas tres palabras: lazo, red e hicieron caer, porque ellas señalan los tres vicios de los sacerdotes: la negligencia, la avaricia, y la gula y la lujuria.


                    


1 comentario:

  1. “Si tu prójimo es ciego por la soberbia, en cuanto te sea posible, ilumina sus ojos con el ejemplo de la humildad; si está cojo por la hipocresía, enderézalo con las obras de la verdad; si está leproso por la lujuria, límpialo con la palabra y ejemplo de castidad; si está sordo por la avaricia, proponle el ejemplo de la pobreza de Señor; si está muerto por la gula y la embriaguez, resucítalo con el ejemplo y la virtud de la abstinencia. A los pobres en cambio, anúnciales la vida de Cristo”. (Sermón 1659-61)

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